"Estoy absolutamente de acuerdo con la aprobación de una ley de radio y televisión"

Un análisis crudo sobre el periodismo realiza Germán Rey, ex defensor del lector de El Tiempo de Bogotá.

El también maestro consejero de la Fundación de Nuevo Periodismo de Gabriel García Márquez, sostiene que en la interpretación de los cambios de la sociedad se ve la crisis que afecta a la prensa.

¿Cómo se plantea en América Latina la relación entre prensa y poder?
–La relación es siempre de conflicto, visto éste como las tensiones que dan lugar a la convivencia y que hacen crecer la democracia. Es conflictiva porque el periodismo tiene como una de sus funciones la vigilancia de todas las formas del poder político, económico y religioso.

¿Y cuál debe ser el comportamiento ético del periodista frente al poder?
– Tiene que saber guardar su distancia. En ese sentido, lo peor que puede ocurrir es una dependencia del poder, y más catastrófico aún es que el periodismo termine sirviendo al poder a través del chantaje e incluso de la recepción de dinero.

Usted se refiere específicamente al caso peruano, al control de los medios ejercido durante el gobierno de Fujimori…
–La situación que se vivió en el Perú fue muy grave, a tal punto que fue analizada en el mundo como un hecho claro de cómo el periodismo puede llegar a sus grados más deleznables cuando integra tramas mafiosas del poder. Es más, diría que se trata del hecho más vergonzoso de la prensa latinoamericana de los últimos tiempos.

¿Y cómo observa actualmente a la prensa peruana? Antes era servil, pero ahora puede criticar con libertad al Gobierno y a sus autoridades . . .
–Me parece que está bien. El periodismo debe ser vigilante, pero con precisión. Muchas veces las relaciones entre el periodismo y el poder no son sólo de dependencia; a veces suelen ser un ejercicio interesado. Hay que ser muy cuidadosos con las imputaciones que hagamos, tiene que haber investigación, puntos de vista divergentes para que la ciudadanía tenga el derecho de estar bien informada.

En el Perú se critica que por la velocidad de la vorágine informativa algunos medios brindan información inexacta o cometen errores por no contrastar la noticia. También se habla de manipulación de información. ¿Que opina de esto?
–Sucede en muchos sitios del mundo que el periodismo se desborda, analiza el poder, pero sin suficientes bases, sin investigaciones juiciosas, sin contrastar la información. Eso ocurre en Estados Unidos con el New York Times, y en Inglaterra con el caso de la BBC. Hay que agregar que el periodismo también es un poder y, como tal, debe ser vigilado por las leyes, frente a las cuales la prensa no puede ser una excepción.

¿Cómo observa el desempeño de la prensa?
–Así como hay crisis en la política, también hay una profunda crisis en la prensa. Eso se ve en la capacidad de interpretación de los cambios de la sociedad, en la manera de narrar y en la relación entre requerimientos económicos y libertades informativas. Pero no podemos hablar únicamente en América Latina sino en todo el mundo. Muchos de esos problemas tienen que ver con la calidad de la información. Hay desde el periodismo de calidad hasta el periodismo sensacionalista, desde el riguroso hasta el amarillista, desde el independiente hasta el peor, que es el lacayo.

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