::Lunes 02 de setiembre de 2006
TULA RODRIGUEZ
Empresaria


Tula Rodríguez: “Cada uno es un presidente, que hace los cambios”

Por José Vadillo Vila

Lima, oct. 2 (ANDINA).- A sus 28 años de edad, Tula Gabriela Rodríguez Quintana tiene  el horizonte claro: El talento sirve sólo un 30 por ciento para lograr una meta. Lo más importante (50 por ciento) es la decisión.

La protagonista de Vírgenes de la cumbia 2, viajará en noviembre a Argentina para presentar allá la película Chicha tu madre, y prepara una gira larga con las Vírgenes de la cumbia que la llevará hasta fin de año por todo el país. Por eso, ha aplazado su decisión de tomar clases con el actor Bruno Odar hasta 2007.  

Paralelamente a su faceta de artista, la ex vedete ha desarrollado un trabajo empresarial que está rindiendo sus frutos.

“Yo amo lo que hago –explica-, la actuación y mi faceta de empresaria. Me gusta pararme en los escenarios y venir aquí a ver el negocio”, dice.

La entrevista se interrumpirá varias veces porque le piden autógrafos y ella no los sabe rechazar. Le gusta eso. Salvo cuando tiene está comiendo o “tengo ganas de chapar y justo me piden un autógrafo”, sonríe.

Tu mamá dice que siempre has tenido un don por los negocios…


Sino hubiera sido artista, hubiera sido negociante. Nunca me ha gustado estar sentada esperando que me caiga la plata del cielo. Los peruanos somos muy ingeniosos, sólo es cuestión de arriesgar. Hay miles de negocios que uno puede poner sin tener mucho dinero.

Entonces, cómo te defines, ¿artista o empresaria?
Soy fundamentalmente artista, me encanta subirme a los escenarios.

¿Te molesta que te digan vedete?
Hace cuatro años dejé la carrera de vedete. No me parece despectivo que me llamen así. Me hubiera encantado desarrollarme más porque la vedete, es la quien anima, canta, baila y actúa. Yo nunca lo llegué a serlo totalmente, me faltó cantar.

¿Es una página de tu vida que ya dejaste?
Sí. Creo que como artista uno debe de ir evolucionando. Me encanta lo que hago, la actuación y la conducción.

Trabajas con tu madre y tres hermanas, ¿Qué pesó le das a tu familia en tus proyectos empresariales?
Todo, definitivamente. Me gusta vivir sola, soy muy independiente pero mi familia lo es todo. Creo que  este negocio no sería nada si ellos no sería el negocio. Mi mamá lo administra, y he puesto a mis tres hermanas, que son cosméatras, como jefas de las áreas de pedicure, manicure y peluquería.

¿Alguna vez te has sentido discriminada por tus orígenes en tu faceta empresarial?
No. En honor a la verdad cuando puse el spá en San Isidro creían que como el precio era cómodo el servicio no iba a ser tan bueno. Y ahora hay muchas clientas que vienen desde allá, La Molina, gente del Congreso. Acá en el centro de Lima se mueve mucho dinero.

¿Y así, chola, como dices con orgullo, ha habido alguna discriminación en la televisión?
La verdad me siento bien con mi cabello oscuro. Hace 13 años atrás, a las cholitas nos ponían atrás cuando bailábamos. Teníamos que teñirnos el pelo y ponernos lentes de contacto. Ahora la cosa ha cambiado: ya se acepta nuestro propio color en la televisión y sus historias son un éxito.

¿Los hombres han sido un impedimento para desarrollarte como empresaria?
La vida sentimental no es lo que necesariamente mejor me ha ido. Soy muy independiente, ahora estoy soltera, y estoy mucho mejor como profesional. Todavía no ha llegado el hombre que sea el eslabón en mi vida.

¿Cuanto más joven la mujer más se preocupa en el físico de sus parejas?
¡Ah, todos mis novios han sido feos! No he tenido un novio cuerazo. De repente me he dejado llevar más por la algarabía del momento o de repente se enamoró de mí porque era yo un personaje público y no supo cómo era internamente y ver lo complicada que soy.

¿Cómo debe ser el hombre de tu vida?
Creo que las parejas hay que admirarlas. Quiero un hombre que me quiera y que, sea cual sea su profesión, sea el mejor.

Siempre te repiten las similitudes con Gisela Valcárcel porque no tenemos muchos referentes, en el ambiente artístico, de mujeres de éxito que hayan empezado desde abajo y siempre buscando el éxito.

Sí, pero la verdad que somos diferentes (con Gisela). Creo que también es el tema de talento y oportunidad. Depende de tu don. Gracias a Dios las oportunidades que me han dado las he desarrollado y por ahí le ha ligado en otras mejores. 

Me hablaste de que eres muy nacionalista, pero te molestan algunas cosas de nosotros, los peruanos.
El peor enemigo de un peruano es otro: Siempre nos estamos hincando entre nosotros; y somos –no voy a dar nombres- los que promocionamos una imagen negativa del país afuera.

Hay muchos que no entienden que para ganarse un puesto hay que pagar el derecho de piso. Tampoco me gusta esa actitud de muchos de vivir con las manos estiradas, esperando que les den para alimentar a sus hijos; a la gente hay que enseñarles a trabajar. Creo que más allá de la política, somos nuestros propios presidentes: los cambios los hacemos nosotros, respetando los derechos de los demás.

(FIN)

Foto: Jack Ramón