¿Qué es?
El cannabis es una sustancia de color verdoso o amarronado parecida al tabaco que se obtiene desecando la sumidad florida y las hojas de la planta de cannabis (cáñamo). La resina de cannabis o “hachís” es la secreción desecada, de color negro o marrón, de la sumidad florida de la planta de cannabis, que se transforma en polvo o se comprime en forma de tabletas o tortas. El aceite de cannabis o “aceite de hachís” es un líquido que se extrae del material de la planta desecada o de la resina.
¿Cómo se consume?
Por lo general, todas las formas de cannabis se fuman. La resina y el aceite de cannabis también pueden comerse o beberse en una infusión.
¿Cuáles son sus efectos?
El cannabis puede producir una sensación de bienestar y relajación, así como, en ocasiones, euforia. Además, puede experimentarse una agudización de los sentidos de la vista, el olfato, el gusto y el oído.
¿Cuáles son los riesgos del consumo de cannabis?
A corto plazo, aumenta el apetito y se acelera el pulso. También puede haber problemas para realizar tareas físicas e intelectuales, por ejemplo, conducir un automóvil y pensar en forma lógica.
Si se consume en grandes dosis, puede agudizarse la percepción del sonido y el color, en tanto que el pensamiento se hace más lento y confuso. Si la dosis es muy alta, sus efectos son semejantes a los de los alucinógenos, ya que puede provocar angustia, pánico e incluso brotes psicóticos. El consumo sistemático puede generar dependencia psicológica, al punto de que se llega a perder interés en todas las demás actividades, por ejemplo, en el trabajo y las relaciones personales. Estudios recientes realizados en el Reino Unido demuestran que existe un vínculo entre el consumo de cannabis y el aumento de los casos de esquizofrenia.
Otros riesgos
El humo del cannabis contiene un 50% más de alquitrán que los cigarrillos con alto contenido de esa sustancia, lo que expone a los consumidores a un mayor riesgo de contraer cáncer de pulmón y otras enfermedades de las vías respiratorias.
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