¿Qué es?
La cocaína es un polvo muy fino de color blanco o blancuzco que actúa como potente estimulante. Se extrae de las hojas de la planta de coca. La que se obtiene en la calle puede estar diluida o “cortada” con otras sustancias para aumentar la cantidad. El crack es cocaína procesada y mezclada con amoníaco o bicarbonato de sodio (polvo de hornear) y tiene el aspecto de pequeñas escamas o cristales.
¿Cómo se consume?
Por lo general, la cocaína se inhala, se aspira por la nariz o se inyecta, y el crack se fuma.
¿Cuáles son sus efectos?
La cocaína puede generar una sensación de exaltación y euforia. Además, suele desencadenar
un aumento temporal de la agudeza sensorial y la energía, así como la pérdida momentánea del apetito y el cansancio.
¿Cuáles son los riesgos del consumo de cocaína?
A corto plazo produce pérdida de apetito, aceleración de la respiración, aumento de la temperatura del cuerpo y aceleración del ritmo cardíaco. El usuario puede actuar de manera extraña, errática y en ocasiones violenta. Las dosis excesivas de cocaína pueden causar convulsiones, ataques, derrame cerebral o insuficiencia cardíaca. Su consumo prolongado acarrea diversos problemas de salud, algunos de los cuales dependen de la forma de consumirla. Si se inhala, afecta gravemente la mucosa nasal; si se fuma, puede causar problemas respiratorios; y su consumo por inyección puede causar abscesos y enfermedades contagiosas. También puede plantear otros riesgos, independientemente de la forma en que se consuma, entre ellos fuerte dependencia psíquica, desnutrición, pérdida de peso, desorientación,
apatía y un estado semejante a la psicosis paranoide.
Otros riesgos
Mezclar la cocaína con alcohol es peligroso y aumenta enormemente el riesgo de muerte
repentina.
|