Joyas en el Centro Histórico:

Museos del Palacio Arzobispal y la Catedral de Lima

Escribe: José Vadillo Vila / Fotos: Carla Patiño
Interior de la Basílica Catedral de Lima en la actualidad.

Los museos de la Basílica Catedral de Lima y el Palacio Arzobispal de Lima buscan llegar a todos los públicos. El proyecto incluye actividades en el atrio, exposiciones temporales, nueva web y el lanzamiento de un logo, entre otros.

1.

Aquí todo es historia. Al atravesar por una de sus tres puertas y bajo sus bóvedas, la historia y la religiosidad aguardan al visitante de la Basílica Catedral de Lima.

El templo metropolitano vio nacer, crecer y renacer la ciudad que trazó Francisco Pizarro en las tierras del cacique Taulichusco. Primero como una pequeña capilla inaugurada en el año 1540. A partir de 1622, ya diseñada como catedral, este centro religioso ha albergado una variedad de estilos artísticos e intervenciones, desde gótico-isabelino, pasando por el barroco hasta el neoclásico y neocolonial.

En su fachada, el escudo del Perú y el Sagrado Corazón de Jesús dominan el espacio donde también hay hornacinas de los apóstoles. En su interior, la catedral salvaguarda objetos litúrgicos y ornamentales, como esculturas y pinturas (la sala Monseñor Alberto Brazzini tiene una gran colección de arte sacro, con cruces, pectorales, báculos, óleos, nacimientos, niños Jesús, del siglo XVII en adelante).

En el altar mayor se ubica su retablo mayor. También sobresale la sillería del coro, con sus 33 espacios, cada uno con sus respaldos coronados con figuras de santos. Es una obra del siglo XVII, del escultor catalán Pedro de Noguera. Bajo el altar se ubica la cripta de los arzobispos, donde descansan la gran mayoría de los obispos de la capital.

La planta de la catedral es rectangular y de trasado y pilares renacentistas. En sus naves laterales se ubican las 14 capillas-hornacinas con retablos barrocos, entre ellos las capillas dedicadas a Nuestra Señora de la Esperanza, de la Sagrada Familia o la de los Santos Peruanos.

Algunas provienen de otras iglesias que desaparecieron, como la iglesia de la Concepción o la de Belén. O la capilla de la Antigua, ligada a la historia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y que antes se ubicaba en la desaparecida capilla que existía en la plaza Bolívar. Cada oratorio tiene sus propias características, algunas incluyen retablos-sepulcros.

  • arrow_drop_down El logo de la Catedral
    Las cruces doradas caracterizan las bóvedas de la Catedral de Lima.
    Foto: Vadillo Vila

    El logo de la Catedral

    Este mes se lanza oficialmente el logo del Museo de la Catedral de Lima. Por primera vez, el templo metropolitano contará con una identidad gráfica. Esta inspirada en las cruces de Malta (doradas y fondo azulado), que caracterizan las bóvedas catedralicias limeñas. Si bien las bóvedas son las estructuras del principal templo católico de Lima, que más cambios han sufrido, los últimos, que datan de 1896-1898, conservan las composiciones originales. Esta nueva identidad gráfica permitirá diferenciar a este museo y permitir así un mejor posicionamiento con su oferta cultural-religiosa.

    Logo de la Catedral

Música en el templo

La música siempre ha ido de la mano con la religión. En el XVI, los libros corales de la templo mayor de Lima incluían obras polifónicas religiosas del Renacimiento. Y en el año 1568 ya se educaba en Lima a los “seises” o niños cantores.

Quedó instituido, desde 1612, que la Catedral de Lima cuente con un oratorio musical a cargo de un maestro de capilla, con muchas cualidades artísticas:

Detalle del órgano de la Catedral de Lima.
Foto: Carla Patiño / Agencia Andina

“El responsable de toda actividad musical era el maestro de capilla, el cual debía ser compositor, director de orquesta y de coro, profesor de canto de órgano y de contrapunto y administrador del cuerpo a su mando. Por tanto, debía ser músico de tecla y voz y debía cantar en los oficios por un papel nuevo (a primera vista) y conocer los posturages del órgano”.

Así lo señala el maestro Armando Sánchez Málaga en el volumen Nuestros otros ritmos y sonidos: la música clásica en el Perú (Lima, Fondo Editorial del Congreso, 2012). Acota que tanto en la Catedral de Lima como en Arequipa se empezó a desarrollar un repertorio peruano.

Un papel fundamental tuvo el órgano de la catedral y los maestros organistas, entre quienes destacan nombres como José de Orejón y Aparicio y Pablo Chávez Aguilar, de los siglos XVIII y XX, respectivamente. Ellos desarrollaron un repertorio polifónico religioso para misas y otros oficios.

Sánchez Málaga recuerda que en el Palacio Arzobispal de Lima se salvaguarda más de 150 partituras de compositores como Roque Ceruti, Gaytán, Ripa, Bonifacio Llaque, Melchor Tapia, y otros.

Tiempos de campanas

En el libro, La Basílica Catedral de Lima (Lima, Banco de Crédito del Perú, 2004), Guillermo Lohmann recuerda que para los limeños del siglo XVII la única medida oficial del tiempo eran las campanadas de la catedral, que se ocurrían a lo largo del día:

“Al toque del alba no solo los conventuales acudían al coro a entonar las salmodias, sino que todo el vecindario se ponía en movimiento; al dar la campana grande la señal de alzar en la misa mayor, todos aquellos a cuyos oídos llegaban las badajadas se arrodillaban y rezaban las oraciones de precepto; al mediodía el tañido del Ángelus invitaba a los fieles a invocar la salutación angélica; a las tres de la tarde se llamaba a vísperas; al anochecer de nuevo se recordaba la devota oración del Ángelus -todos se descubrían- y tras rezar se encaminaban a sus hogares; aún quedaban el repique de las ocho, por las almas del Purgatorio, y finalmente, una hora después nueve campanadas convocaban a elevar plegarias por los que se encontraban en pecado mortal.”

Vuelve la tradición limeña: desde el domingo 5 de diciembre, a las 10:45 horas, las campanas han vuelto a sonar cada domingo, anunciando la misa dominical de las once.

A ellos se sumaban los toques extraordinarios para comunicar “ocurrencias inesperadas”, desde que un enfermo marchaba reino de los cielos hasta el nacimiento, en Madrid, del príncipe Baltasar Carlos o la muerte de un obispo (200 campanadas). Como verá, no era muy agradable vivir entre tanto tañido de campanas ni se prestaba para la concentración intelectual. Y en 1783, el virrey Jáuregui se puso de acuerdo con el arzobispo González de la Reguera y en 1795 se ajustó el repique de las campanas. Hasta el siglo XIX, durante las primeras décadas republicanas, el toque de estos instrumentos metálicos regulaban el ritmo de la vida de los limeños.

Hoy en día, las campanas repican para momentos extraordinarios de la ciudad. Sin embargo, tome nota, desde el domingo 5 de diciembre, un cuarto de hora de la misa de las 11:00, todos los domingos suenan las campanas, retomando esa tradición limeña.

¡Apiádate, Señor!

El templo metropolitano conoció también de la furia de la naturaleza. Como las bóvedas y parte del edificio quedaron muy dañado tras el terremoto del 20 de octubre de 1687, se tuvo que improvisar los servicios religiosos en la misma Plaza Mayor de Lima, bajo un cobertizo improvisado y no dejar que la fe cristiana se diluya en el éter.

Sin embargo, la peor desgracia se dio seis décadas después: el terremoto de Lima del 28 de octubre de 1746 causó la destrucción total del templo, incluidas sus dos torres, desde una de las cuales, en 1659, el funámbulo Francisco de Morales bajaría por un cable y con los ojos vendados hasta la pileta de la Plaza Mayor. Dos años después, en 1748, se iniciarían a toda máquina las obras de reconstrucción bajo las órdenes de virrey Manso de Velasco (los operarios trabajaban hasta los días feriados). En 1756 la Catedral de Lima estrenó sus puertas que, en esta nueva etapa, estaban pintadas del color de la sangre que derramó Cristo.

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trabajan en los museos de la Catedral de Lima y el Palacio Arzobispal. Entre ellos un equipo de 10 guías profesionales.

Coyunturas sociales

La Basílica Catedral de Lima ha sido testigo y, a veces, participante de la historia del Perú. En 1872, la masa colgó de la torre del templo metropolitano a los tres hermanos Gutiérrez, quienes habían depuesto al presidente José Balta.

El museo de la Catedral de Lima empezó a funcionar como tal a partir de 1984 con el consorcio turístico Mutursa (Museos Turísticos SA). Cinco años después, se robaron una custodia de la catedral, que se conoció por la prensa, y las autoridades eclesiásticas decidieron cerrar el servicio museográfico. En 1984 recién se reabrieron las visitas turísticas.

Desde entonces, el museo de la Catedral de Lima ha trabajado ininterrumpidamente. Solo durante dos meses, en el 2004, se dejaron las visitas por las obras de restauración total por los cuatro siglos del templo metropolitano.

El siguiente capítulo cuando tuvo que cerrar sus puertas fue durante el primer año de la pandemia del covid-19, de marzo a diciembre del 2020. Durante ese tiempo todo el personal, incluidos los 10 guías, comenzaron a apoyar en las labores de restauración y mantenimiento de las diferentes áreas de los dos museos. Luego, se reinició las visitas con un 20% de aforo y hoy está en un 60% (se permiten grupos de hasta 15 personas), siguiendo los protocolo del Minsa.

A fines de la década de 1990, las marchas y protestas de los distintos gremios sindicales contra el gobierno autoritario de Alberto Kenya Fujimori se hicieron más constantes en el Centro de Lima y hubo ocasiones en que tomaron las instalaciones de la catedral.

Si bien estas manifestaciones se daban desde tiempos del cardenal Augusto Vargas Alzamora, se dieron con mayor frecuencia con el cardenal Juan Luis Cipriani, quien asumió el cargo de arzobispo de Lima en enero de 1999. Por motivos de seguridad, en ciertas ocasiones se tuvo que cerrar el templo con apoyo del Batallón de Asalto de la Policía Nacional.

En cierta ocasión los trabajadores del Sindicato de Trabajadores Municipales de Lima (Sitramun), ingresaron al templo e hicieron una barricada con las bancas para que no ingrese la policía. Ya en el nuevo milenio y con el retorno de la democracia, en tiempos del ministro Nicolás Lynch y los integrantes del Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (Sutep) quisieron ingresar a la catedral en plena misa y se quedaron en el atrio de la catedral en huelga de hambre exigiendo sueldos dignos para los maestros.

Por ello, a partir del 2004, cuando se cumplían los 400 años del templo metropolitano, el arzobispo junto con el obispo auxiliar, el deán y el administrador de la catedral, deciden suprimir el culto diario.

Desde entonces, los sábados se realizan las misas conventuales y los domingos, la misa del arzobispo (a las 11:00 horas, televisadas por TV Perú). Solo se permite la continuidad del ingreso a la Catedral de Lima como museo y a los feligreses que quieran rezar.

Capilla de Nuestra Señora de la Evangelización.
Capilla de Nuestra Señora de la Evangelización.
Vista del Altar Mayor y Sillería Coral de la Catedral de Lima.
Vista del Altar Mayor y Sillería Coral de la Catedral de Lima.
Turistas observan la cajonería de la sacristía, de estilo renacentista.
Turistas observan la cajonería de la sacristía, de estilo renacentista.
Sala Capitular de la iglesia metropolitana de Lima.
Sala Capitular de la iglesia metropolitana de Lima.
Tumbas de arzobispos de Lima, ubicadas debajo del Altar Mayor de la catedral.
Tumbas de arzobispos de Lima, ubicadas debajo del Altar Mayor de la catedral.
Osario en la catedral limeña.
Osario en la catedral limeña.
Muestra del arte religioso en orfebrería y platería.
Muestra del arte religioso en orfebrería y platería.
Sala Monseñor Alberto Brazzini de la Catedral de Lima.
Sala Monseñor Alberto Brazzini de la Catedral de Lima.
Joya bibliográfica.
Joya bibliográfica.
Fotos: Carla Patiño / Agencia Andina

Restauraciones y proyectos

Si bien con el cardenal Vargas Alzamora se inició el trabajo de restauraciones de la mano con la banca privada, para las efemérides de los cuatrocientos años se dio la restauración total de la catedral. Desde entonces, la atención a los turistas no ha parado, solo con el paréntesis de los primeros meses de la pandemia, subrayamos.

Hoy, el más histórico templo católico del Perú inicia un nuevo proceso, bajo una política de apertura a todos los públicos. El arzobispo de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, tiene la intención de abrir los museos de la Catedral de Lima y el Palacio Arzobispal a toda la ciudadanía, sin distinción.

Nuestra meta es convertir a estos museos en los más importantes del Centro Histórico, porque cuentan con todas las condiciones.

— Carlos Castillo Sánchez
Gerente de la Catedral de Lima

Lo que viene

En julio de este año ambos museos reabrieron sus puertas al público, después de 16 meses de inactividad. Como pocos centros de su tipo en el mundo, estos museos limeños reúnen tres características: son espacios religiosos, turísticos y monumentales.

Además, en breve iniciarán nuevos proyectos que permitirán sumar al recorrido museográfico exposiciones temporales, una web y redes sociales totalmente renovadas, la inauguración de un café y una tienda de recuerdos.

Por primera vez, la Catedral de Lima y el Palacio Arzobispal contarán con dos exposiciones temporales anuales. En noviembre se inauguró la primera, dedicada al sacerdote Luis Bolla (1932-2013), quien fue misionero en la Amazonía.

Y en enero del 2022, se inaugurará una exposición dedicada a la historia de la plaza de Armas y la catedral de Lima, desde la aparición de la fotografía en el Perú. La exposición reunirá imágenes del archivo arzobispal y material de otras entidades públicas y privadas.

Sobre las 14 capillas, el gerente de la Catedral de Lima, adelanta que pronto se lanzará, por primera vez, una convocatoria a empresas privadas para que intervengan adoptando alguna de las capillas. Ellas invertirán en el trabajo de recuperación que realicen los especialistas. Este sistema de trabajo colaborativo con el sector privado, ya lo venían adoptando, mayormente con bancos, quienes pagaban directamente a los maestros artesanos o restauradores para determinados proyectos.

  • arrow_drop_down La tumba de Pizarro
    Información en la tumba de Francisco Pizarro.
    Foto: Carla Patiño / Agencia Andina
    Réplica de restos óseos de Pizarro que se exhiben a los visitantes.
    Foto: Carla Patiño / Agencia Andina
    Capilla sepulcral de Francisco Pizarro se ubica al ingreso de la Catedral de Lima.
    Foto: Carla Patiño / Agencia Andina

    La tumba de Pizarro

    Hasta 1997, los restos óseos de Francisco Pizarro (1478-1541) que se exhibían en la cripta levantada en su honor en la Catedral de Lima, permanecían con una cabeza apócrifa.

    Ese año, durante unos trabajos bajo el altar mayor, los investigadores hallaron una caja de plomo con el verdadero cráneo del hombre que encabezó la caída del imperio inca y luego sería gobernador de Nueva Castilla. ¿La evidencia? La caja llevaba inscrita una frase que rezaba, “Aquí yace el cráneo del marqués de la conquista Francisco Pizarro”.

    La serie de estudios antropológicos y arqueológicos que se practicaron, fueron auspiciados por los descendientes de Pizarro, que tienen la fundación Obra Pía. Con todo ello se sabe a cabalidad que en la catedral de Lima se salvaguardan los verdaderos restos de Pizarro y están expuestos en su cripta. Las diversas lesiones de la osamenta, demuestran que tuvo en vida y las “lanzadas y puñaladas y estocadas” en el ojo, cara, garganta, cuello, vientre, codo, que le provocaron la muerte. Demuestran que estamos ante el militar que comandó a los 13 de la isla del Gallo.

    Carlos Castillo Sánchez, gerente de la catedral, no descarta que, tal como ha sucedido con Santa Rosa de Lima y fray San Martín de Porres, se puedan hacer un retrato del conquistador en 3D. Es una de las ideas de las autoridades eclesiásticas.

    La capilla fue arreglada en tiempos del presidente Augusto B. Leguía y desde 1985 sus restos permanecen bajo una urna que protege un león y bajo el escudo de la ciudad de los Reyes, que él fundó. Una urna contiene una réplica de su osamenta y otra, tierra de Trujillo de Extremadura (España), donde nació.

Café y réplicas a escala

El cordón umbilical que une por dentro el Palacio Arzobispal con la Catedral de Lima es el patio de los Naranjos. Uno de los proyectos del plan de modernización y apertura a los públicos incluye la inauguración en los siguientes meses, de una cafetería en esta área.

Como los principales centros en el mundo que conservan colecciones de objetos artísticos, la Catedral de Lima también planea tener una tienda donde ofrecerán afiches, fotografías y libros relacionados a estos espacios monumentales.

También pondrán en venta, en alianza con empresas locales de arte, réplicas a escala de objetos más representativos de la catedral. Castillo Sánchez adelanta que podrían incluirse réplicas de azulejos del siglo XVI o el primer nacimiento del Perú, que adquirió Francisca Pizarro, que salvaguarda la catedral.

Además de fotografías y afiches, el Arzobispado de Lima quiere sacar ediciones con nuevas investigaciones, a precios atractivos para estar al alcance de los estudiantes universitarios, por ejemplo. El próximo año el Arzobispado publicará un libro de Augusto Tamayo.

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desde que se reinició el turismo este año, la mayoría de los visitantes son peruanos. Antes de la pandemia, el 90% de los visitantes eran extranjeros.
Información general de la arquitectura de la Catedral de Lima.
La fachada Judíos se puede apreciar por el jirón Huallaga.
Fachada Santa Apolonia (posterior de la Catedral, por el jirón Lampa).
Estructura de los pilares del templo metropolitano.

Un atrio vivo

Otro proyecto es la de “darle vida” al atrio de la catedral, uno de los lugares privilegiados del Centro Histórico, con el desarrollo de diversas actividades, como conciertos, teatro y otras, dirigidas a los niños y toda la ciudadanía, es el darle vida al atrio de la catedral con diversas actividades, que se irán ofreciendo una vez que se supere lo de la pandemia.

Por las fiestas de fin de año, en este espacio se desarrollará una feria de artesanos de alta calidad y se ofrecerá una concierto navideño a cargo del Coro Nacional de Niños del Ministerio de Cultura, cumpliendo todas las medidas de bioseguridad y distanciamiento social vigentes.

“Los museos de la Catedral de Lima y el Palacio Arzobispal se abren complemente al público y desde varias posiciones; uno es el religioso, que es nuestra principal razón. Queremos llegar a todos los públicos; sobre todo, a los niños”, comenta Castillo.

Por ello, el plan para el 2022 incluye, con el reinicio de las clases presenciales, las visitas especiales de grupos de escolares de colegios nacionales y privados. “Queremos que los niños griten, pregunten, que no vengan y les digan ‘silencio’. El recinto religioso, cuando hay una misa, todos tenemos una actitud, pero después, es la casa de todos. Esto incluye a los no católicos, que pueden venir con sus familias”.

  • arrow_drop_down El guía con una vida en la Catedral
    Miguel Balta Rospigliosi lleva 23 años como guía de ambos museos.
    Foto: Vadillo Vila
    Balta haciendo un recorrido a los turistas por los ambientes de la Catedral de Lima.
    Foto: Vadillo Vila

    El guía con una vida en la catedral

    Miguel Balta Rospigliosi tiene 48 años y trabaja desde 1998 como guía en los museos de la Catedral de Lima y el Palacio Arzobispal. Ha laborado bajo las órdenes de los cardenales Augusto Vargas Alzamora y Juan Luis Cipriani y el arzobispo Castillo Mattasoglio.

    Pero su relación con este espacio religioso es anterior. Su padre, el reverendo Eusebio Balta Revilla, fue administrador de la Basílica Catedral de Lima, diácono del cardenal Landázuri y después notario eclesiástico, hasta que se jubiló en 1997. Al año siguiente, falleció. Miguel recuerda que venía desde niño, en los años ochenta, como miembro del coro; luego como monaguillo y sacristán.

    Cuando terminó sus estudios de Turismo y Hotelería trabajó en las agencias de viajes, luego en el hotel Crillón, y en 1998 la Catedral de Lima necesitaba una persona que hable idiomas y sea licenciado del área turística. Con 27 año, Miguel empezó a trabajar ocasionalmente en el servicio del guiado. Hoy se encarga de hacer guiados en español, inglés, portugués y se prepara para hacerlo en francés.

    Recuerda que cuando inició sus funciones solo eran dos guías y ocho practicantes. En la actualidad, son 10 guías (de ellos, 4 guías son para el museo de la catedral, otros 4 para el museo del Palacio Arzobispal, hay un jefe de guías y una coordinadora).

    Cada autoridad eclesiástica, dice, ha tenido su propio estilo y mirada sobre cómo llevar en adelante las visitas a los museos. El cardenal Vargas Alzamora, por ejemplo, respetuoso con la feligresía, solicitaba que se abra la catedral al servicio de culto en paralelo con el servicio de museo. Lo cual resultaba complicado ya que muchos turistas se hacían pasar de feligreses. Recién en el 2009 se habilitaría el Palacio Arzobispal para el turismo.

Web renovada

La web que se trabaja albergará material nuevo, entre ellos las investigaciones más recientes que se están realizando, por ejemplo sobre Francisco Pizarro. Además, permitirá a peruanos y extranjeros agendar con tiempo sus visitas.

“El visitante no solo tiene en nuestros dos museos objetos religiosos. También tiene información de arquitectura, antropología, arqueología. Incluso tenemos la intención de hacer nuevos estudios arqueológicos sobre las criptas, que han sido descubiertas y vueltas a tapar, porque tenemos que seguir revalorando todo nuestro pasado histórico, y el bicentenario de la independencia es un buen momento”, dice Castillo.

Tenemos la intención de hacer nuevos estudios arqueológicos sobre las criptas. El bicentenario de la independencia es un buen momento para continuar revalorando nuestro pasado histórico.

— Carlos Castillo Sánchez
Gerente de la Catedral de Lima

Este trabajo de modernización de los dos museos del Arzobispado de Lima incluyen un trabajo en conjunto con las entidades públicas y privadas. Ya se han reunido con el director de Museos del Ministerio de Cultura, Carlos del Águila, para firmar un convenio. Ya lo sabe, dese una vuelta por la catedral porque siempre habrá algo nuevo por descubrir.

Panorámica del interior del museo del Palacio Arzobispal de Lima.

2.

Palacio con arte y mística

“La Casa del Cura”. Así denominó Francisco Pizarro al terreno adjunto donde se levantaría la Iglesia Mayor destos reinos. Fue aquel el 18 de enero de 1535, el capitán español hacía el trazado de la Plaza Mayor de Lima.

Seis años más tarde, el área sería designada como sede episcopal de Lima, y fray Gerónimo de Loayza erigiría aquí los ladrillos del primer Palacio Arzobispal de Lima, desde donde se gestaría la política evangelizadora para el Perú y América del Sur.

Muestra permanente

El Palacio Arzobispal actual, de estilo neocolonial, fue construido en 1924. Y desde hace 12 años, el edificio de la esquina de los jirones Carabaya y Junín, alberga al Museo del Palacio Arzobispal de Lima.

El museo ha recibido a personalidades como Teresa de Calcuta, quien lo visitó en tiempos del cardenal Juan Landázuri Ricketts. El Palacio Arzobispal de Lima caracteriza su muestra permanente, ambientada a lo largo de sus dos pisos. En el primero se ubica la gran colección de arte virreinal religioso, en sí una síntesis de lo mejor de distintos templos y conventos, y las reliquias de los santos peruanos. Las escalinatas marmoleas conducen al segundo nivel, conducen al visitante directamente a la capilla arzobispal, dominada por un retablo del siglo XVIII.

El gerente de la Catedral de Lima, Carlos Castillo Sánchez, comenta que esta capilla que se adecúa muy bien a los aforos de la pandemia y las parejas podrán celebrar aquí sus bodas religiosas con un máximo de 30 invitados, que se suma a la oferta para bodas de la adyacente parroquia del Sagrario.

También en la segundo planta está los distintos salones e inmobiliarios que recrean los espacios que usaron las autoridades eclesiásticas, como el salón arzobispal o la sala del trono; el escritorio de los antiguos arzobispos. Todos con muebles elegantísimos que respondían a la época.

  • arrow_drop_down Luis Bolla, un hombre de Dios entre los achuar

    Luis Bolla, un hombre de Dios entre los achuar

    Se cubría la cabeza con un “tawásap” cada vez que oficiaba una misa allá en el monte. La corona lleva plumas rojas, amarillas, negras y celestes. Y utilizaba un “chankín”, un cesto impermeable a la humedad, para trasladar las hostias consagradas. Otros objetos-testigos son el misal ajado, el breviario y la estola de algodón grueso que empleaba a la hora de administrar los sacramentos a los achuar.

    La muestra dedicada al padre Bolla es la primera exposición temporal del Palacio Arzobispal.
    Fotos: Vidal Tarqui
    Exposición temporal presenta objetos del sacerdote salesiano Luis Bolla.
    Fotos: Vidal Tarqui
    Nuevo Testamento que tradujo a la lengua achuar el misionero italiano.
    Fotos: Vidal Tarqui
    Uno de los 80 cuadernos que escribió Luis Bolla en 60 años con los achuar.
    Fotos: Vadillo Vila

    Todos ellos forman parte de la exposición temporal “Padre Luis Bolla. La catedral de Lima se acerca a la Amazonía”, montada desde noviembre en el museo del Palacio Arzobispal de Lima. Está dedicada a la figura y obra del sacerdote misionero italiano Luis Bolla (Schio, 1932-Lima, 2013).

    Ahí están la mochila y la brújula con las que recorría largas distancias para visitar una y otra comunidad achuar. Su lupa y anteojos, con los que observó este mundo nuevo y los diarios manuscritos donde apuntaba, con perplejidad y respeto, el mundo que tenía delante.

    Sus botas aún conservan el barro del Dátem del Marañón por donde caminó llevando en pesadas cintas magnetofónicas el mensaje de paz entre los pueblos achuar, hasta entonces en conflicto perpetuo. Más allá, el Nuevo Testamento que tradujo al achuar, sus manuscritos y los libros que publicó fruto de las investigaciones que realizó sobre esta etnia.

    El gerente de la catedral, Carlos Castillo Sánchez, explica que la exposición temporal Padre Luis Bolla. La Catedral de Lima se acerca a la Amazonía por un lado, pone en relieve la vida de este religioso italiano que vino a poner en relieve la vida de una comunidad amazónica que se extiende por el Perú y Ecuador.

    De otro lado, explica que para los museos del Palacio Arzobispal y la Catedral de Lima es significativo la exposición porque se trata de la primera muestra temporal que inauguran, lo que permitirá darle un valor agregado a las colecciones que salvaguardan.

    “Con este tipo de exposiciones, queremos atraer a nuevos públicos, sobre todo a los jóvenes, para que vean que no solo somos un museo de arte religioso, sino que somos un museo de arte peruano”, dice Castillo.

    Las piezas en exhibición desde el martes 16, pertenecen al archivo Luis Bolla del Archivo Histórico Salesiano. “Las piezas son testimonio de la actividad misionera que el padre Bolla llevó a cabo en Ecuador, con el pueblo shuar, y, fundamentalmente, en el Perú (desde 1984), con los achuar”, comenta David Franco Córdova, historiador de la congregación salesiana y curador de la muestra temporal.

    Resalta que el trabajo del religioso -cuyos restos fueron trasladados de Lima a la comunidad de Kuyuntsa en el 2017- no solo fue evangelizador, sino rescató y revaloró la cultura achuar.

    Córdova cuenta que el religioso dejó 80 diarios donde registró su actividad misiones y vivencias con los ashuar a lo largo de las décadas, más cuadernos de ejercicios espirituales, misivas, prendas y un más de un millar de fotografías, entre otros objetos.

    Proceso de beatificación

    Por su parte, el Inspector Provincial Salesiano del Perú, Manuel Cayo, destaca que la idea de la exposición es “vincularnos a través de algunos objetos que hacen a la figura del padre Bolla; a su trabajo, a su mirada; a abrirnos las ventanas a este mundo, de la Amazonía, como dice el papa Francisco, no solo como un lugar a atender sino como algo del cual aprender una espiritualidad, una antropología, una relación nueva”.

    La exposición coincide con el inicio del proceso de beatificación del misionero italiano, el cual se inició el 27 de setiembre, cuando el arzobispo de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, a pedido de la congregación salesiana, abrió la causa de santidad y constituyó el tribunal eclesiástico, el cual viajará en estos días a Yurimaguas para continuar entrevistando a muchos testigos de la obra de Luis Bolla.

Panorámica del interior del museo del Palacio Arzobispal de Lima.
Panorámica del interior del museo del Palacio Arzobispal de Lima.
Obra de arte religioso.
Obra de arte religioso.
Ambientes del primer piso del Palacio Arzobispal.
Ambientes del primer piso del Palacio Arzobispal.
Visitantes en ambientes del segundo piso del Palacio Arzobispal.
Visitantes en ambientes del segundo piso del Palacio Arzobispal.
Imaginería en custodia en Palacio Arzobispal.
Imaginería en custodia en Palacio Arzobispal.
Salones principales se ubican en segundo piso del museo.
Salones principales se ubican en segundo piso del museo.
Ambientes donde desempeñaban funciones los arzobispos de Lima.
Ambientes donde desempeñaban funciones los arzobispos de Lima.
Capilla arzobispal.
Capilla arzobispal.
Fotos: Carla Patiño / Agencia Andina

Nueva etapa

Este año el museo ha empezado con las muestras temporales. La primera, inaugurada el mes pasado, es sobre el trabajo y los objetos del salesiano italiano Luis Bolla, quien realizó su labor misionera en la Amazonía durante medio siglo.

“El concepto es seguir lo que se hace en los más importantes museos del mundo: no solo resignarse a mostrar lo mismo toda la vida, sino tener junto a su exposición permanente siempre algo nuevo”, explica Castillo Sánchez.

Para tal fin, el museo ya tiene dos espacios en los que habilitará las futuras muestras: en el primer piso del edificio, en la zona alrededor del ingreso. Otro espacio por habilitar será el ingreso posterior a la catedral de Lima, por el jirón Lampa.

A lo largo del tiempo

El cardenal Cipriani impulsó que el Palacio Arzobispal se convirtiera en museo y despechaba poco desde acá. El mismo camino ha seguido el arzobispo Carlos Castillo Mattasoglio, quien trabaja en otro edificio. Siente que el palacio es un espacio arquitectónico histórico y lujoso y lo ha decidido que se use completamente para fines museográficos.

El museo del Palacio Arzobispal de Lima y el museo de la Catedral de Lima forman un complejo arquitectónico que puede visitarse en conjunto o por separada. Ambos están abierto al público desde el mes de julio.

Por la pandemia, en octubre del 2020 se dejó de hacer la fumigación especial anual contra los insectos que habitan en la madera y evitar que en diciembre, con el inicio del verano, salgan las larvas y se coman los muebles que son desde el siglo XVII en adelante.

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es el tiempo de visita en promedio de visita por los museos. En el caso de la Catedral de Lima, incluye el recorrido por las criptas.

Durante esos quince meses se tuvo que suspender las actividades de conservación y prevenir el deterioro de los objetos artísticos. “Ahora los estamos recuperando de la mano con universidades, con la Escuela de Bellas Artes y el sector privado”, comenta Castillo.

Ambos museos tienen convenios con la UTEC, la UNI y la PUCP. Esta última, por ejemplo, gracias a una tecnología de punta, están haciendo una labor muy importante en evaluación de estructuras frente a los sismos, para detectar qué clase de materiales tiene cada columna y develar si hay fracturas o vulnerabilidades. Otro trabajo es el del cuidado de las fachadas.

Información general:

  • La atención de los museos de la Catedral de Lima y el Palacio Arzobispal es todos los días, de 9:00 a 17:00 horas.
  • Desde junio, la catedral realiza misa los domingos a las 11:00 a.m., con presencia de feligreses. Muchas instituciones públicas y privadas celebran aquí con misas sus aniversarios.
  • S/ 20 soles el costo de la entrada para los dos museos. Niños ingresan gratis. Adultos mayores y escolares, con precio especial.
  • Exposición temporal "Padre Luis Bolla. La Catedral de Lima se acerca a la Amazonía" va hasta el 16 de diciembre.
  • En enero del 2022, el Museo del Palacio Arzobispal de Lima inaugurará una muestra sobre la Plaza de Armas y la catedral desde el inicio de la fotografía en el Perú.
  • La atención en ambos museos es, todos los días, de 9:00 a 17:00 horas. Informes:

    catedraldelima@arzobispadodelima.org

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