El
DERECHO DE MATAR
Nils Ericsson C.
Presidente Ejecutivo de DEVIDA
Noventa
mil peruanos adictos a la droga son irrecuperables y, como consecuencia
de ello, morirán en vida. Algunos arrastrarán a sus
familiares a la desgracia y, tal vez, los hagan víctimas de
la violencia. En esos casos la agresión provendría de
uno de sus seres más queridos.
El caso patético de Maradona, ídolo de Argentina y del
mundo, que se debate entre la vida y la muerte, víctima de
su adicción a la cocaína -tal como el mismo ha reconocido-,
es el mismo caso trágico que se repite, pero de manera silenciosa,
en decenas de miles de jóvenes peruanos, caídos en las
garras de la adicción.
La sobreoferta de droga y sus bajos precios en nuestro país,
la pone al alcance hasta de los más pobres, agravando su situación,
ya de por sí, muy precaria. Los estudios realizados nos indican
cómo se está incrementando el consumo de la marihuana,
de la heroína, del éxtasis, de la pasta básica,
del clorhidrato de cocaína...
La pasta básica y la cocaína son derivadas de la coca
ilegal, de esa inmensa biomasa producida por el 83% de hojas de coca
que se obtienen en el país. Solo el 17 % se dedica al consumo
legal.
La campaña de erradicación de plantaciones ilegales
superó en un 40% las metas previstas y, en lo que va del presente
año, ya bordea las 3.500 hectáreas de las 8.000 presupuestadas,
lo que hace prever que nuevamente se superaría la meta programada.
Lo notable es que de esta campaña, el 45% proviene de la erradicación
voluntaria, efectuada por los propios campesinos, quienes mediante
un convenio con DEVIDA y a cambio de algunas ventajas para su comunidad
no han vacilado en acabar con el cultivo ilegal en sus chacras.
Los convenios de erradicación y beneficios se celebran directamente
entre las comunidades interesadas y DEVIDA. A partir de ellos se efectúan
obras de beneficio comunal y se proyectan los cultivos sustitutorios,
elegidos por los mismos campesinos y orientados hacia la seguridad
de un mercado previamente elegido.
El Decreto Supremo 044-003-PCM se expuso bajo la atenta mirada de
más de 30 delegados de casi todas las cuencas cocaleras, se
firmó en su presencia y fue objeto de parte de los mismos,
de una jubilosa celebración.
Uno de sus mandatos establece la necesidad de efectuar un estudio
sobre el consumo tradicional de coca. Dicho estudio, efectuado por
el INEI, arroja que se requieren 9.000 toneladas para abastecer el
consumo legal. Se estima que en nuestro país se producen más
de 54.000 toneladas de hoja de coca por año. Enaco solo puede
comprar menos de 3.000 toneladas. El destino del grueso de la hoja
de coca es evidente: el narcotráfico.
Los logros obtenidos y la participación directa de las comunidades
han determinado que los dirigentes de los cocaleros hayan visto disminuida
su vigencia dentro de las comunidades, y por eso tratan de recurrir
a la violencia.
Violencia verbal y física, amenazas de muerte, agresiones,
emboscadas.
Una de las más beligerantes de las dirigentes ha dicho, públicamente,
que si no recibe el respaldo que necesitan de los otros sectores de
la población para su huelga, entonces lo recibirán de
Sendero.
Reclaman el "derecho" de seguir envenenando a nuestra juventud,
destrozando nuestros bosques, dañando la ecología, resucitando
el terrorismo y convirtiendo a nuestro país en un narcoestado.
Apoyados por el narcotráfico y algunos oportunistas, amenazan
con una violenta huelga, con bloqueos de carreteras, toma de locales,
caos. Exigen se respete su "derecho", "derecho"
de propiciar la muerte de tantos jóvenes inocentes. El derecho
de matar...