Lima, abr. 06 (ANDINA).- En un hipotético gobierno de Ollanta Humala "sus políticas expropiatorias, de traba al capital extranjero, control de cambios y centralización del gasto público", afectarían la inversión privada en el segundo semestre del 2006, cerrando el año con una expansión de tres por ciento, muy por debajo del diez por ciento previsto por la consultora Maximixe.

   "Ello originaría que el Producto Bruto Interno (PBI) crezca 4.3 por ciento en lugar del cinco por ciento proyectado, a pesar de prever una expansión del gasto público por encima del monto presupuestado", señaló Maximexe en un informe.

   Asimismo, dijo que en el 2007 la inversión privada sufriría un retroceso de entre siete y diez por ciento ante la incertidumbre tributaria, constitucional y legal, y en los siguientes años la inversión privada, en el mejor de los casos, se mantendría estancada.

   Dentro de este marco, el PBI podría crecer entre dos y tres por ciento en el 2007 y 2008 en una clara desaceleración motivada por no firmar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, el retroceso de la inversión privada y del consumo privado.

   "Esta desaceleración podría ser incluso más profunda, aunque sería amortiguada por el creciente proteccionismo a la producción nacional, tendiente a generar una reactivación efímera, sin sustento en productividad", precisó.

   Agregó que el fisco necesitaría gastar cada vez más, en tanto los ingresos fiscales caerían debido al lento crecimiento del PBI y "la anunciada reducción del Impuesto General a las Ventas (IGV) de 19 a diez por ciento".

   "La consecuencia sería un déficit fiscal creciente, subiendo a tres por ciento del PBI en el 2007, para trepar a 4.5 por ciento en el 2011, aún asumiendo que el fisco recaude por el anunciado "impuesto a las sobreganancias mineras" un monto equivalente a 0.5 por ciento del PBI".

   Al final de su período, Humala dejaría una hacienda pública en crisis, más pobreza y desempleo, consideró la consultora en temas económicos.

   Asimismo, dijo que las regiones languidecerían por ausencia de autonomía de gasto, escasez de inversión privada y pérdida de los recursos del canon y las regalías, las que tendrían que migrar a Lima para financiar el enorme hueco fiscal.

   (FIN) JPC/JPC