Muchas gracias, señor Presidente, don Marcial Ayaipoma
Alvarado, señores Vicepresidentes del Congreso, Fausto
Alvarado, Gilberto Díaz, Eduardo Carhuaricra, Ronnie
Jurado y Alejandro Oré Mora, señoras y señores
congresistas: En cumplimiento del artículo 123.°
de la Constitución y del artículo 81.° del
Reglamento del Congreso vengo en mi calidad de Presidente
del Consejo de Ministros, acompañado por el Ministro
de Economía y Finanzas, a presentar el proyecto de
Ley de Presupuesto para el ejercicio fiscal 2006.
Quiero empezar haciendo una breve revisión de la coyuntura
macroeconómica, y a continuación describir lo
que consideramos el escenario más probable en que se
desenvolverá la economía peruana durante el
próximo año, de conformidad con el marco macroeconómico
multianual establecido por la Ley N.° 27245, Ley de Responsabilidad
y Transferencia Fiscal.
Como lo mencioné en este Congreso la semana pasada,
a la fecha tenemos 48 meses continuos de crecimiento económico,
superando el récord anterior, el cual abarcó
35 meses entre marzo 93 y enero 96. Ninguno de los analistas
económicos considera probable una desaceleración
del crecimiento en el corto plazo, incluso algunos afirman
que el crecimiento podría ser mayor al cinco por ciento,
estimado en el marco macroeconómico.
Este crecimiento es liderado por los sectores no primarios
de la economía: manufactura, construcción y
servicios, que son aquellos fuertemente relacionados con la
demanda interna. También el volumen de las exportaciones
ha tenido una influencia importante en el dinamismo del producto
bruto interno.
Por el lado de la demanda el crecimiento es liderado por el
consumo y por la inversión privada, así como
por las exportaciones de bienes y servicios.
Durante el primer semestre del año la inversión
privada creció en 10%, y se espera que cierre el año
en un nivel similar. Las exportaciones de bienes en el 2006
bordearán los 16 mil millones de dólares, a
los cuales hay que añadir aproximadamente dos mil millones
de servicios principalmente turismo.
Si bien una parte importante de este crecimiento se debe a
los buenos precios internacionales, se estima que durante
el período 2001-2005 el crecimiento de las exportaciones
en soles contantes, o sea, el volumen de las exportaciones
habrá crecido en 50%. El aumento de los volúmenes
de producción explica entonces alrededor de la mitad
del aumento nominal de las exportaciones.
El crecimiento del producto ha sido acompañado por
un aumento del consumo privado, el cual se ha incrementado
acumulativamente en 12% entre 2001 y 2004. La información
agregada sobre el consumo de los hogares, indica que el consumo
de alimentos ha crecido de manera muy importante en los últimos
dos años.
El crecimiento del empleo se ha dado sobre todo en los servicios,
la industria y la minería. El empleo urbano en la actividad
privada ha crecido durante los últimos 40 meses a tasas
crecientes, en Lima Metropolitana el empleo ha aumentado continuamente
durante más de 50 meses.
Actualmente el crecimiento del empleo urbano en empresas de
más de diez trabajadores ha superado tres y medio por
ciento anual, mientras que en el caso de las empresas de cien
o más trabajadores es de seis por ciento anual.
La evolución del empleo por ciudades indica un mayor
dinamismo de la economía en las provincias, específicamente
en las zonas vinculadas a las actividades agropecuarias y
agroindustriales de exportación de la Costa y algunas
ciudades de la Sierra y de la Selva.
El empleo formal urbano ha crecido 8% entre mayo del 2001
y mayo del 2005, presentándose varios casos de ciudades
con tasas de crecimiento bastante superiores. Trujillo, Ica,
Piura y Huancayo crecen en 28, 17, 17 y 15%, respectivamente.
De este modo, el crecimiento del empleo total entre el cuarto
trimestre del 2001 y el mismo período del 2002, del
2004; ha superado ligeramente el incremento de la fuerza laboral.
También observamos una mejora en la distribución
de gastos e ingresos entre los hogares que favorece a los
grupos más pobres.
La participación de la mitad más pobre de la
población dentro del gasto total de los hogares, se
ha incrementado de 18% en el 2001 a 20,2% del 2002.
Estos cambios implican una ligera disminución en la
desigualdad de los gastos, por persona, de los hogares peruanos.
El manejo adecuado de la economía ha permitido otras
mejoras:
Se ha generado un incremento importante en los niveles de
crédito provenientes de las cajas municipales y las
EDIPYMES, hacia el sector de las micro y pequeñas empresas,
alrededor de 200% del crecimiento en el periodo 2001-2004.
Además, los créditos de consumo y los créditos
hipotecarios han aumentado respectivamente en 43 y 29% en
el mismo periodo.
Sobre este último hay que destacar que las colocaciones
del Fondo MiVivienda han mostrado un crecimiento exponencial,
alcanzando un nivel que se ve reflejado en el mayor dinamismo
del sector construcción.
Si bien se puede decir que el patrón actual del crecimiento
económico sí ha favorecido a los segmentos más
pobres de la población, también es cierto que
los beneficios no han sido homogéneos. Esta reducción
de la pobreza ha sido particularmente fuerte en las zonas
rurales.
En una economía dinámica como la nuestra, hay
siempre sectores o regiones que avanzan más rápido
que otros. Por lo tanto, el impacto de los niveles de pobreza
también es distinto.
Sin embargo, aún nos queda un largo camino por recorrer.
A manera de ejemplos, según el programa de Naciones
Unidas para el desarrollo del PNUD, para alcanzar las metas
del milenio como la reducción de la pobreza a la mitad,
sería necesario además de aplicar políticas
redistributivas y de gasto social, crecer a tasas anuales
por encima de 5% durante diez años consecutivos.
Según nuestros propios estimados, sería necesario
establecer entre el 6 y 7% en forma sostenida.
Para lograr tal objetivo es necesario el refuerzo de todos
nosotros del sector privado y del sector público.
Finalmente, estamos saliendo de varios siglos de desarrollo
centralista a un modelo de desarrollo descentralizado.
Si sumamos las transferencias a los gobiernos regionales y
locales, Foncomún, canon, sobrecanon, las regalías,
FOCAM, Vaso de Leche y Rentas de Aduana; estas transferencias
se han duplicado pasando de 2 mil 346 millones de soles en
el año 2000 a 4 mil 545 millones este año.
En lo referente a las proyecciones macroeconómicas
se estima un crecimiento agregado de 5% en el 2000, estadísticamente
similar a lo que se obtendría en el presente año.
Este crecimiento se sustenta en tres hechos fundamentales:
En primer lugar, la industria no primaria; textiles, calzados,
químicos, cemento, etc. que continuaría creciendo
a un ritmo de 6%, aproximadamente.
En segundo lugar, la industria primaria; o sea, azúcar,
metales, ferrosos, harina de pescado se recuperarían
moderadamente respecto a la caída estimada para el
presente año.
Y finalmente, habría un importante impulso en la construcción
explicado por la mayor inversión privada y pública
en obras de infraestructura.
En cuanto al sector externo, estimamos que las exportaciones
alcanzarán 16 mil 300 millones de dólares el
año entrante, aumentando ligeramente.
La proyección original de los términos de intercambio
considera que estos caerían el próximo año.
Sin embargo, se estima que la balanza comercial será
ampliamente superavitaria en 3 mil 500 millones de dólares,
lo cual permitirá que la cuenta corriente siga superavitaria
también.
En las finanzas públicas partimos de la base que en
la mayoría de los países de América Latina
el punto débil de la economía ha sido el comportamiento
fiscal de los gobiernos.
En épocas pasadas se creía que el déficit
fiscal era una forma de revivir la economía; sin embargo,
la experiencia en todo el mundo, en las últimas dos
o tres décadas, ha sido que los déficits excesivos
ponen presión sobre los mercados de capitales locales,
de tal manera que los déficits aumentan la tasa de
interés interna y afectan negativamente el nivel de
inversión y las posibilidades de crecimiento.
En consecuencia, los principales rectores de nuestro manejo
fiscal debe ser la prudencia y el realismo en el gasto y una
política de ingresos que promuevan la inversión
y no desaliente la actividad con tasas de impuesto demasiado
altas, las cuales fomentan la evasión.
Eso es lo que hemos tratado de hacer en los últimos
cuatro años. Reconocemos que ha habido excepciones
y fallas, pero en general creemos que hemos cumplido en ejecutar
el presupuesto bajo estos principios rectores.
Reconocemos, también, que hay una gran deuda interna
hacia los sectores que no han sido debidamente atendidos,
para poder llegar a ellos necesitamos mayor eficiencia en
el gasto reduciendo filtraciones y gastos administrativos
excesivos y debemos al mismo tiempo promover la formalización
tributaria. Este último objetivo podrá alcanzarse
en el tiempo al igual que una mayor formalización laboral
resultado del crecimiento económico y de una mayor
promoción del trabajo y del empleo productivo.
La presión tributaria alcanzaría el presente
año 13,7% del PBI; sin embargo, quisiera hacer énfasis
en que esta recaudación récord se debe a que
la regularización por renta fue excepcionalmente alta
por el buen desempeño de las empresas en el 2004. Éste
último implica una recaudación extraordinaria
de aproximadamente 500 millones de soles en el presente año.
Debido a este efecto, la presión tributaria base para
el Presupuesto del 2006 será ligeramente menor, de
13,5% del PIB; además, la reducción en la tasa
del ITF, que tiene un costo fiscal de 150 millones, y la nueva
reducción del impuesto selectivo a los combustibles
efectuada hace algunos días.
Los gastos públicos del gobierno central superarían
el 9% de crecimiento real el presente año debido a
que los mayores ingresos se han destinado a atender demandas,
como el Programa de Apoyo a la Extrema Pobreza, llamado Juntos,
los aumentos al magisterio y a los docentes universitarios
y la mayor inversión pública en infraestructura.
Para el próximo año, el presupuesto está
construido respetando el límite de crecimiento de 3%
real establecido en la Ley N.° 27245, la Ley de Responsabilidad
y Transparencia Fiscal. Esto permite absorber el mayor gasto
inercial anualizado derivado del crédito suplementario
recientemente aprobado, así como recuperar los niveles
de inversión pública por la fuente de recursos
ordinarios.
La operación de prepago de deuda al Club de París
por un monto de mil 555 millones de dólares ha permitido
reducir la carga financiera de la deuda en aproximadamente
350 millones de dólares anuales durante los próximos
cuatro años y medio. Además, el desarrollo acelerado
del mercado de capitales internos, donde se transa la deuda
pública en moneda nacional, permite que una parte importante
de los requerimientos financieros se cubran en el mercado
local, reduciendo de manera significativa el riesgo de refinanciación
y el riesgo cambiario.
De esta manera puedo anunciar que el próximo año
el Perú no requerirá recurrir al mercado internacional
de capitales, sino que se financiará únicamente
en el mercado doméstico, en deuda en soles y a largo
plazo. Esto se hará sin aumentar la exposición
relativa de los fondos de pensiones a papeles del gobierno
y manteniéndola muy por debajo de los límites
establecidos por la ley.
El saldo de la deuda pública al cierre del presente
año será 39% del PBI y estimamos que cerrará
el año 2006 en 37%, reduciendo en más de ocho
puntos del producto el nivel de 45% que recibió el
actual gobierno.
Hemos visto que las condiciones para sentar las bases de un
crecimiento sólido y sostenido están dadas.
Creemos que en los últimos años ha habido un
aumento del producto potencial de la economía del 0,5%
anual, lo que nos permitiría con un esfuerzo alcanzar
niveles de crecimiento del 6 ó 7% en el futuro, lo
que nos permitirá afrontar los retos del milenio de
reducción de pobreza.
Sin lugar a dudas uno de los factores explicativos más
relevantes de este crecimiento ha sido el orden macroeconómico
expresado en el mantenimiento de los principios de disciplina
fiscal que han permitido atender demandas sociales prioritarias
y a la vez reducir el coeficiente de deuda.
En este sentido, reafirmamos nuestra voluntad de llevar a
cabo una transición fiscalmente ordenada y a respetar
escrupulosamente las reglas de fin de mandato que impone la
Ley de Responsabilidad y Transparencia Fiscal, que evitan
que el gobierno saliente genere obligaciones económicas
que comprometan al gobierno entrante.
Estas reglas impiden al gobierno saliente que ejecute en los
primeros siete meses del año entrante más del
60% del gasto no financiero del gobierno general, así
como obliga a que el déficit del sector público
no exceda el 40% del déficit estimado para el año
2006.
A continuación el Ministro de Economía y Finanzas
pasará explicar los lineamientos y prioridades del
Proyecto de Presupuesto para el año fiscal 2006.
Muchas gracias.
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