Jueves 01 de setiembre del 2005
Congreso de la República
DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL CONSEJO DE MINISRTROS, PEDRO PABLO KUCZYNSKI, PARA LA SUSTENTACIÓN DEL PROYECTO DE LEY DEL PRESUPUESTO 2006

Muchas gracias, señor Presidente, don Marcial Ayaipoma Alvarado, señores Vicepresidentes del Congreso, Fausto Alvarado, Gilberto Díaz, Eduardo Carhuaricra, Ronnie Jurado y Alejandro Oré Mora, señoras y señores congresistas: En cumplimiento del artículo 123.° de la Constitución y del artículo 81.° del Reglamento del Congreso vengo en mi calidad de Presidente del Consejo de Ministros, acompañado por el Ministro de Economía y Finanzas, a presentar el proyecto de Ley de Presupuesto para el ejercicio fiscal 2006.

Quiero empezar haciendo una breve revisión de la coyuntura macroeconómica, y a continuación describir lo que consideramos el escenario más probable en que se desenvolverá la economía peruana durante el próximo año, de conformidad con el marco macroeconómico multianual establecido por la Ley N.° 27245, Ley de Responsabilidad y Transferencia Fiscal.

Como lo mencioné en este Congreso la semana pasada, a la fecha tenemos 48 meses continuos de crecimiento económico, superando el récord anterior, el cual abarcó 35 meses entre marzo 93 y enero 96. Ninguno de los analistas económicos considera probable una desaceleración del crecimiento en el corto plazo, incluso algunos afirman que el crecimiento podría ser mayor al cinco por ciento, estimado en el marco macroeconómico.

Este crecimiento es liderado por los sectores no primarios de la economía: manufactura, construcción y servicios, que son aquellos fuertemente relacionados con la demanda interna. También el volumen de las exportaciones ha tenido una influencia importante en el dinamismo del producto bruto interno.

Por el lado de la demanda el crecimiento es liderado por el consumo y por la inversión privada, así como por las exportaciones de bienes y servicios.

Durante el primer semestre del año la inversión privada creció en 10%, y se espera que cierre el año en un nivel similar. Las exportaciones de bienes en el 2006 bordearán los 16 mil millones de dólares, a los cuales hay que añadir aproximadamente dos mil millones de servicios principalmente turismo.

Si bien una parte importante de este crecimiento se debe a los buenos precios internacionales, se estima que durante el período 2001-2005 el crecimiento de las exportaciones en soles contantes, o sea, el volumen de las exportaciones habrá crecido en 50%. El aumento de los volúmenes de producción explica entonces alrededor de la mitad del aumento nominal de las exportaciones.

El crecimiento del producto ha sido acompañado por un aumento del consumo privado, el cual se ha incrementado acumulativamente en 12% entre 2001 y 2004. La información agregada sobre el consumo de los hogares, indica que el consumo de alimentos ha crecido de manera muy importante en los últimos dos años.

El crecimiento del empleo se ha dado sobre todo en los servicios, la industria y la minería. El empleo urbano en la actividad privada ha crecido durante los últimos 40 meses a tasas crecientes, en Lima Metropolitana el empleo ha aumentado continuamente durante más de 50 meses.

Actualmente el crecimiento del empleo urbano en empresas de más de diez trabajadores ha superado tres y medio por ciento anual, mientras que en el caso de las empresas de cien o más trabajadores es de seis por ciento anual.

La evolución del empleo por ciudades indica un mayor dinamismo de la economía en las provincias, específicamente en las zonas vinculadas a las actividades agropecuarias y agroindustriales de exportación de la Costa y algunas ciudades de la Sierra y de la Selva.

El empleo formal urbano ha crecido 8% entre mayo del 2001 y mayo del 2005, presentándose varios casos de ciudades con tasas de crecimiento bastante superiores. Trujillo, Ica, Piura y Huancayo crecen en 28, 17, 17 y 15%, respectivamente.

De este modo, el crecimiento del empleo total entre el cuarto trimestre del 2001 y el mismo período del 2002, del 2004; ha superado ligeramente el incremento de la fuerza laboral.

También observamos una mejora en la distribución de gastos e ingresos entre los hogares que favorece a los grupos más pobres.

La participación de la mitad más pobre de la población dentro del gasto total de los hogares, se ha incrementado de 18% en el 2001 a 20,2% del 2002.

Estos cambios implican una ligera disminución en la desigualdad de los gastos, por persona, de los hogares peruanos.

El manejo adecuado de la economía ha permitido otras mejoras:
Se ha generado un incremento importante en los niveles de crédito provenientes de las cajas municipales y las EDIPYMES, hacia el sector de las micro y pequeñas empresas, alrededor de 200% del crecimiento en el periodo 2001-2004.

Además, los créditos de consumo y los créditos hipotecarios han aumentado respectivamente en 43 y 29% en el mismo periodo.

Sobre este último hay que destacar que las colocaciones del Fondo MiVivienda han mostrado un crecimiento exponencial, alcanzando un nivel que se ve reflejado en el mayor dinamismo del sector construcción.

Si bien se puede decir que el patrón actual del crecimiento económico sí ha favorecido a los segmentos más pobres de la población, también es cierto que los beneficios no han sido homogéneos. Esta reducción de la pobreza ha sido particularmente fuerte en las zonas rurales.
En una economía dinámica como la nuestra, hay siempre sectores o regiones que avanzan más rápido que otros. Por lo tanto, el impacto de los niveles de pobreza también es distinto.

Sin embargo, aún nos queda un largo camino por recorrer. A manera de ejemplos, según el programa de Naciones Unidas para el desarrollo del PNUD, para alcanzar las metas del milenio como la reducción de la pobreza a la mitad, sería necesario además de aplicar políticas redistributivas y de gasto social, crecer a tasas anuales por encima de 5% durante diez años consecutivos.

Según nuestros propios estimados, sería necesario establecer entre el 6 y 7% en forma sostenida.

Para lograr tal objetivo es necesario el refuerzo de todos nosotros del sector privado y del sector público.

Finalmente, estamos saliendo de varios siglos de desarrollo centralista a un modelo de desarrollo descentralizado.

Si sumamos las transferencias a los gobiernos regionales y locales, Foncomún, canon, sobrecanon, las regalías, FOCAM, Vaso de Leche y Rentas de Aduana; estas transferencias se han duplicado pasando de 2 mil 346 millones de soles en el año 2000 a 4 mil 545 millones este año.

En lo referente a las proyecciones macroeconómicas se estima un crecimiento agregado de 5% en el 2000, estadísticamente similar a lo que se obtendría en el presente año.

Este crecimiento se sustenta en tres hechos fundamentales: En primer lugar, la industria no primaria; textiles, calzados, químicos, cemento, etc. que continuaría creciendo a un ritmo de 6%, aproximadamente.

En segundo lugar, la industria primaria; o sea, azúcar, metales, ferrosos, harina de pescado se recuperarían moderadamente respecto a la caída estimada para el presente año.

Y finalmente, habría un importante impulso en la construcción explicado por la mayor inversión privada y pública en obras de infraestructura.

En cuanto al sector externo, estimamos que las exportaciones alcanzarán 16 mil 300 millones de dólares el año entrante, aumentando ligeramente.

La proyección original de los términos de intercambio considera que estos caerían el próximo año. Sin embargo, se estima que la balanza comercial será ampliamente superavitaria en 3 mil 500 millones de dólares, lo cual permitirá que la cuenta corriente siga superavitaria también.

En las finanzas públicas partimos de la base que en la mayoría de los países de América Latina el punto débil de la economía ha sido el comportamiento fiscal de los gobiernos.

En épocas pasadas se creía que el déficit fiscal era una forma de revivir la economía; sin embargo, la experiencia en todo el mundo, en las últimas dos o tres décadas, ha sido que los déficits excesivos ponen presión sobre los mercados de capitales locales, de tal manera que los déficits aumentan la tasa de interés interna y afectan negativamente el nivel de inversión y las posibilidades de crecimiento.
En consecuencia, los principales rectores de nuestro manejo fiscal debe ser la prudencia y el realismo en el gasto y una política de ingresos que promuevan la inversión y no desaliente la actividad con tasas de impuesto demasiado altas, las cuales fomentan la evasión.

Eso es lo que hemos tratado de hacer en los últimos cuatro años. Reconocemos que ha habido excepciones y fallas, pero en general creemos que hemos cumplido en ejecutar el presupuesto bajo estos principios rectores.

Reconocemos, también, que hay una gran deuda interna hacia los sectores que no han sido debidamente atendidos, para poder llegar a ellos necesitamos mayor eficiencia en el gasto reduciendo filtraciones y gastos administrativos excesivos y debemos al mismo tiempo promover la formalización tributaria. Este último objetivo podrá alcanzarse en el tiempo al igual que una mayor formalización laboral resultado del crecimiento económico y de una mayor promoción del trabajo y del empleo productivo.

La presión tributaria alcanzaría el presente año 13,7% del PBI; sin embargo, quisiera hacer énfasis en que esta recaudación récord se debe a que la regularización por renta fue excepcionalmente alta por el buen desempeño de las empresas en el 2004. Éste último implica una recaudación extraordinaria de aproximadamente 500 millones de soles en el presente año. Debido a este efecto, la presión tributaria base para el Presupuesto del 2006 será ligeramente menor, de 13,5% del PIB; además, la reducción en la tasa del ITF, que tiene un costo fiscal de 150 millones, y la nueva reducción del impuesto selectivo a los combustibles efectuada hace algunos días.

Los gastos públicos del gobierno central superarían el 9% de crecimiento real el presente año debido a que los mayores ingresos se han destinado a atender demandas, como el Programa de Apoyo a la Extrema Pobreza, llamado Juntos, los aumentos al magisterio y a los docentes universitarios y la mayor inversión pública en infraestructura.
Para el próximo año, el presupuesto está construido respetando el límite de crecimiento de 3% real establecido en la Ley N.° 27245, la Ley de Responsabilidad y Transparencia Fiscal. Esto permite absorber el mayor gasto inercial anualizado derivado del crédito suplementario recientemente aprobado, así como recuperar los niveles de inversión pública por la fuente de recursos ordinarios.

La operación de prepago de deuda al Club de París por un monto de mil 555 millones de dólares ha permitido reducir la carga financiera de la deuda en aproximadamente 350 millones de dólares anuales durante los próximos cuatro años y medio. Además, el desarrollo acelerado del mercado de capitales internos, donde se transa la deuda pública en moneda nacional, permite que una parte importante de los requerimientos financieros se cubran en el mercado local, reduciendo de manera significativa el riesgo de refinanciación y el riesgo cambiario.

De esta manera puedo anunciar que el próximo año el Perú no requerirá recurrir al mercado internacional de capitales, sino que se financiará únicamente en el mercado doméstico, en deuda en soles y a largo plazo. Esto se hará sin aumentar la exposición relativa de los fondos de pensiones a papeles del gobierno y manteniéndola muy por debajo de los límites establecidos por la ley.

El saldo de la deuda pública al cierre del presente año será 39% del PBI y estimamos que cerrará el año 2006 en 37%, reduciendo en más de ocho puntos del producto el nivel de 45% que recibió el actual gobierno.

Hemos visto que las condiciones para sentar las bases de un crecimiento sólido y sostenido están dadas. Creemos que en los últimos años ha habido un aumento del producto potencial de la economía del 0,5% anual, lo que nos permitiría con un esfuerzo alcanzar niveles de crecimiento del 6 ó 7% en el futuro, lo que nos permitirá afrontar los retos del milenio de reducción de pobreza.

Sin lugar a dudas uno de los factores explicativos más relevantes de este crecimiento ha sido el orden macroeconómico expresado en el mantenimiento de los principios de disciplina fiscal que han permitido atender demandas sociales prioritarias y a la vez reducir el coeficiente de deuda.

En este sentido, reafirmamos nuestra voluntad de llevar a cabo una transición fiscalmente ordenada y a respetar escrupulosamente las reglas de fin de mandato que impone la Ley de Responsabilidad y Transparencia Fiscal, que evitan que el gobierno saliente genere obligaciones económicas que comprometan al gobierno entrante.

Estas reglas impiden al gobierno saliente que ejecute en los primeros siete meses del año entrante más del 60% del gasto no financiero del gobierno general, así como obliga a que el déficit del sector público no exceda el 40% del déficit estimado para el año 2006.

A continuación el Ministro de Economía y Finanzas pasará explicar los lineamientos y prioridades del Proyecto de Presupuesto para el año fiscal 2006.

Muchas gracias.