"Lo estoy esperando en el Perú. Que responda a la justicia", dijo el jefe de Estado, quien confirmó que sostendrá un encuentro informal con el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, donde inevitablemente se tratará el caso Fujimori.

Tras aclarar que nadie puede decir a priori que es culpable, Toledo subrayó que existen acusaciones serias contra Fujimori, como las masacres de La Cantuta y Barrios Altos, denuncias de tráfico de armas y su complicidad con Vladimiro Montesinos, entre otras.

Asimismo, indicó que se está forjando en la opinión pública japonesa e internacional, una corriente de que Fujimori debe regresar al Perú a responder por estas y otras acusaciones.

"Creo que se está sensibilizando la opinión pública y el gobierno japonés, para hallar una salida que vaya más allá de lo estrictamente legal, se están explorando otras alternativas", agregó.

Del mismo modo, señaló que hay tribunales internacionales y países que han ofrecido ser los que auspicien un posible juicio internacional.

Toledo recordó, además, que el expediente con la solicitud de extradición de Fujimori fue presentado oficialmente al gobierno japonés, el cual se canaliza a través del Poder Judicial.

"Quiero hacer una invocación al Poder Judicial, pónganse las pilas, necesitamos acelerar el proceso. La Cancillería está haciendo un extraordinario trabajo", indicó.

Recordó que la caída de Fujimori en el año 2000, fue una combinación de las movilizaciones internas y el crecimiento de la opinión pública internacional.

De otro lado, el jefe de Estado se refirió a la crisis boliviana, indicando que este caso particular no debe ser "extrapolado" a otros países de la región.

Dijo que en el caso boliviano, existen factores vinculados a un movimiento indigenista asociado con el cultivo de la hoja de coca, así como la defensa de su recurso natural (el gas) que terminó exacerbando la temperatura política interna de ese país.

(FIN) RCT /GRM / GRM - 20/10/03