Lima, ago. 20 (ANDINA).- La alta probabilidad de que en Lima se produzca un terremoto, más que asustarnos, debería llevarnos a tomar medidas preventivas, como elaborar de una vez un Plan de Contingencia que asegure la distribución de agua, electricidad, comunicaciones y otros servicios vitales.Así lo advirtió hoy el decano del Colegio de Ingenieros de Lima, Javier Piqué del Pozo, al demandar a las autoridades que se adopten acciones inmediatas para asegurar, ante un eventual sismo de magnitudes, la vida después de la tragedia.
Manifestó que este Plan de Contingencia debe evaluar, desde ya, cuál es la situación de los hospitales, las comisarías, los colegios y los servicios básicos que colapsaron tras el último sismo del miércoles, de manera que sean reforzados en caso tuvieran daños.
“Lo dicen los geofísicos: donde hubo un terremoto puede haber otro. No podemos esperar a que suceda y que nos tome como el miércoles desprevenidos y sin organización”, alertó Piqué del Pozo, especialista en construcciones sismorresistentes.
Primero, hospitales
El primer paso, según explicó, deben ser los hospitales, muchos de los cuales - como el Cayetano Heredia, en el distrito de San Martín de Porres- necesitan urgente reforzamiento por su alta vulnerabilidad.
“Hace algunos años atrás se hizo un estudio por encargo de la Organización Panamericana de la Salud, que evidenció la situación vulnerable de los nosocomios y las autoridades lo saben, pero no hacen nada”, remarcó y agregó que las labores de reforzamiento son mucho más baratas que la construcción de nuevos hospitales.
Indicó que los colegios -que en caso de emergencia deberán servir de refugios- también son altamente vulnerables, especialmente los que fueron construidos entre los años 1990 y 2000, porque presentan “problemas de configuración estructural”, pero enfatizó que solucionar el problema es “muy fácil”.
Puso especial énfasis también en el tema de las redes eléctricas, las cuales, dijo, colapsaron porque desde que fueron entregadas en concesión no han sido mejoradas.
“Se están usando las que el concesionario recibió y nadie se ha preocupado de invertir para mejorar la capacidad sísmica de las redes eléctricas porque es un tema poco común. Es esencial que los sistemas eléctricos, al igual que el sistema de agua y desague, pasen por un proceso de revisión y que tengan un nivel mínimo de competencia sísmica”, anotó.
También recomendó que se ponga atención inmediata a las vías de comunicación como puentes y carreteras, porque son básicas para que la ciudad siga operando tras una catástrofe.
El decano de los ingenieros sugirió que el Estado cuente con una red de comunicación propia, paralela a la comercial, como lo tiene Japón, de tal manera que el nexo no se vea interrumpido en ningún momento.
Amplia difusión en la población
La segunda parte del plan debe ser de respuesta a la emergencia y debe ser diseñado por las autoridades y ampliamente difundido, para que cada uno sepa el rol que le tocará cumplir luego de ocurrido un desastre natural.
“Como en una obra de teatro, cada actor debe saber el papel que cumplirá. Es decir qué tenemos que tener claramente definidos, los lugares que servirán de refugio y desde dónde se distribuirá la ayuda, así como la organización que debe implementarse en cada barrio o distrito, estableciendo con anticipación a los responsables del plan para que no se repita lo que acaba de pasar cuando nadie sabía qué hacer ni a dónde ir”, explicó.
(FIN) ART/RRC
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