Martes 21 de agosto 2007
 



 
Piden a devotos que ayuden a reconstruir iglesia donde descansa la llamada Beatita de Humay

 

Por Percy Buendía, enviado especial

    Humay, Pisco, ago. 22 (ANDINA).- Cuando al sacerdote José Emilio Torres lo rescataron con vida, el último viernes, de entre los escombros de la iglesia matriz de San Clemente de Pisco, unos atribuyeron el hecho a una ayuda divina, pero otros manifestaron que era también un milagro más de una muy venerada imagen por esta zona del sur del país: la Beatita de Humay.

    Pero ¿dónde está la conexión? El religioso, que el día del terremoto de hace una semana oficiaba una misa en el citado templo, es el que se encarga de celebrar la liturgia en la iglesia de San Pedro de Humay, lugar donde descansan los restos de Luisa De la Torre Rojas, más conocida entre sus devotos como la Beatita de Humay.

    El cura, natural de Caravelí, en el departamento de Arequipa, permaneció durante 48 horas bajo los escombros.

    Cuenta la historia que un 21 de junio de 1819 nacieron las hermanas gemelas Carmen y Luisa De la Torre Rojas. Ellas eran hijas de Agustín De la Torre e Isabel Rojas. A los tres años quedaron huérfanas de padre y al poco tiempo perdieron también a su madre, por lo que quedaron al cuidado de una tía.

    Desde temprana edad, en su natal Humay, dieron muestra de su amor al prójimo y en su casa, hoy venerada por los fieles, hospedaban a los enfermos y los atendían con plantas medicinales. Les brindaban también comida, relata Olga Castillo Espinoza (76), quien es la encargada de cuidar la vivienda donde nacieron las hermanas.

    Ahora, si eran gemelas, por qué se habla sólo de la Beatita de Humay. La señora Castillo nos responde desde su lecho de enferma, pues resultó herida también en el terremoto del 15 de este mes.

    “Luisa, al enterarse que estaba muy enferma e iba a morir una madre de siete hijos, le dijo al Señor: Llévame y deja vivir a esa mujer. Así, falleció el 21 de noviembre de 1869. El ‘pretexto’ fue pulmonía”, refiere.

    Es el pasado, la historia, pero el presente de hoy es otro. La iglesia de San Pedro de Humay, construida en 1571, no pudo resistir el paso de los años y el violento terremoto, y se vino abajo, quedó en ruinas.

    De igual manera, la casa de la Beatita de Humay, llamada así de cariño por el pueblo, como dice la señora Olga, porque aún no ha sido beatificada por el Vaticano también resultó seriamente dañada.

    Surge entonces un pedido: Que todos sus devotos, nacionales y extranjeros, ayuden a reconstruir el templo, la casa de la que consideran santa y el pueblo de Humay, además de que se acuerden de traer ayuda a los damnificados de esta localidad, situada en el kilómetro 26 de la carretera Los Libertadores.

    “Necesitamos carpas, señor, porque en estos días y noches está haciendo mucho frío”, manifiesta Olga, quien pernocta sobre un colchón tirado al piso en el patio exterior de la casa parroquial de Humay, donde se recupera de un fuerte golpe al tobillo izquierdo.

    Demás está decir que espera un milagro de la Beatita de Humay, pero esta vez de solidaridad.

    (FIN) PBQ/JOT

 

 

 


 

 

 
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