Lima, ago. 24 (ANDINA).- Dosificar la exposición de niños a imágenes de la tragedia social causada por el terremoto, brindarles expresiones verbales y físicas de cariño, y ayudarlos a que se desahoguen prestándoles atención evitará que la depresión se apodere de ellos y desencadene un probable suicidio, recomendó el Instituto Guestalt de Lima (IGL).
El director del IGL, Manuel Saravia, sostuvo que se trata de medidas de protección que no buscan sacar a los menores de la realidad, sino evitar que vean imágenes muy fuertes que se pueden “pegar” en su mente y perjudicar sus actividades básicas, entre ellas dormir.
En diálogo con la agencia Andina, señaló que esta recomendación también va dirigida a los adultos mayores, quienes presentan propensión a deprimirse cuando atraviesan situaciones de gran impacto como un terremoto.
El especialista insistió en que el afecto como medida de protección es un factor fundamental para ayudar a las personas a sobrellevar la pérdida de un ser querido o de sus bienes materiales como consecuencia de un terremoto u otro desastre natural. También es muy importante evitar que dependan del consumo de alcohol para “aplacar” sus penas.
“Abrazar a una persona deprimida ayuda a que se sienta protegida, y darle información objetiva permite romper las fantasías catastróficas como pensar que viene el fin del mundo y que todos van a morir. Eso evita, tanto en niños como adultos, la perspectiva corta sobre su futuro, lo cual los motiva en ciertos casos al suicidio”, manifestó.
Las personas que presentan cuadros de depresión pueden terminar suicidándose luego de experimentar el miedo que provoca un fuerte sismo como el que azotó el país, dado que un suceso natural como éste o de otro tipo incrementa el sufrimiento y puede ser un factor que desencadene la intención de las personas de auto eliminarse.
Informó que ayer se quitaron la vida cuatro personas, entre ellas un niño, una joven universitaria, un estibador y un empresario, inmersos en una profunda depresión por la tragedia que afectó al país, sobre todo el departamento de Ica y la provincia limeña de Cañete.
Estas cuatro personas, dijo el especialista, se suicidaron dentro de sus viviendas situadas en diversas zonas de la capital, y todo indica que al haber experimentado una situación de miedo por el terremoto, aumentó la depresión que ya tenían al punto de quitarse la vida como una salida a su sufrimiento.
"Hay que tener especial cuidado con los damnificados del sur, ya que son vulnerables emocionalmente a diversos problemas de salud mental. Todas las personas han sufrido pérdidas: de seres queridos, viviendas, escuelas, trabajos, negocios, etc.”, alertó el especialista.
(FIN) LZD/RRC
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