Por Cinthia Velarde, enviada especial
Pisco, ago. 25 (ANDINA)- Todos ponen el hombro para levantar a Pisco de sus escombros. Luego de pasada la jornada de horror, las familias pisqueñas se han organizado y salen a las calles para limpiar y reconstruir sus barrios. El empeño y las ganas son de todos.
Desde muy temprano, cientos de personas con el casco puesto, guantes, máscaras antipolvo y escoba en mano salen a barrer y sacar los pequeños escombros dejados por las máquinas escavadoras.
El objetivo es contribuir a que Pisco recupere en algo el atractivo que mostraba a los visitantes hasta las 18.39 horas del pasado 15 de agosto.
La familia Fuentes Arias – Mendoza está convencida de que si se puede recuperar la belleza y la magia de Pisco, a pesar de la adversidad y de haberlo perdido todo como otros cientos de damnificados de esa ciudad sureña.
Su casa, ubicada de la urbanización La Alameda, se desplomó por el terremoto y su barrio quedó destruido.
De ahí que Marlene Fuentes Arias, una mujer morena de imponente figura decidió inscribir a su familia en el programa “Construyendo Perú” para tener la oportunidad de solventarse económicamente y ser partícipes del proceso de reconstrucción y de transformación de Pisco.
“Soy la coordinadora de madres de un comedor popular que cayó cuando ocurrió el terremoto. Eso ya pasó, es triste, pero ahora me puse a trabajar porque no puedo estar de brazos cruzados esperando. Yo tengo que hacer algo por mis hijos y mi Pisco querido”, exclamó.
Sus hijos no están en Pisco. Emma y Carlos de 19 y 21 años de edad estudian en Lima en un instituto superior. Por eso, dice tener razones suficientes y de peso para seguir luchando.
Marlene se levanta muy temprano para estar a la siete de la mañana y convocar a la gente de su barrio, entre ellos, cinco integrantes de su familia, al trabajo: Un grupo de 25 personas vestidas rigurosamente con casco blanco, guantes especiales y máscaras antipolvo salen “a poner orden”, como dice Marlene.
“No vayan a flojear que hoy debemos terminar por lo menos una cuadra”, agrega con convicción.
El desafío es grande, porque en el barrio San Juan de Dios, donde están listos para trabajar, todas las casas quedaron destruidas.
Junto a ella se encuentra su sobrino, Manuel Quispe Arias, de 18 años, alias “el palomilla”, quien muchas hace perder los papeles a su tía cuando la llama “la jefa”.
“A mi tía no le gusta que le digan jefa, sino mamita, pero yo le digo jefa, porque es toda una generala cuando pone orden y disciplina”, expresó el chiquillo lleno de polvo, pero con gran esperanza de ver a Pisco reconstruido y grande de nuevo.
“Quiero que Pisco sea el distrito más moderno del Perú, a los pisqueños el terremoto no nos detiene”, dijo.
A su turno, Patty Torrealva Mendoza, de 34 años, Mary Fuentes Arias de 32, Jessica Fuentes y Manuel Quispe Arias de 34 años, prima, sobrina y hermanos de Marlene respectivamente, obedecen fielmente a su guía que supervisa las labores de limpieza.
“El terremoto fue horrible, gracias a Dios no perdí a ningún ser querido. Fue una de las experiencias más horribles de mi vida, pero lo peor ya pasó y tenemos que trabajar”, expresó con energía.
Marlene y su familia también reciben ayuda y ahora colabora con lo mejor que sabe hacer: trabajar.
Desde el pasado miércoles 8 mil personas fueron inscritas en el Programa Construyendo Perú, con la finalidad de otorgarle una oportunidad de trabajo a las familias que lo perdieron todo.
Por eso no es raro ver en Pisco a cientos de grupos organizados por las calles limpiándolas para luego hacer las refacciones necesarias que hagan de ese puerto un bello lugar donde vivir.
(FIN) CVC/RES
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