1936-2006


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Un gran demócrata partió a la eternidad
¡Descanse en paz Don Valentín! (semblanza)

Lima, oct. 16 (ANDINA).- Valentín Paniagua Corazao, un gran demócrata y político ejemplar, emprendió hoy a los 70 años de edad su viaje a la eternidad. Una afección cardiaca le quitó al Perú el privilegio de seguir contando con sus ponderadas opiniones, con su cuota de mesura, con su buen ejemplo.

Una información errada difundida el 24 de agosto fue un mal presagio de lo que podía ocurrir con el ex presidente del Gobierno de Transición, pero entonces los peruanos pudimos recuperar la esperanza cuando se desmintió casi de inmediato la mala noticia de su deceso.

Pasaron varios días de inquietante incertidumbre, luego el tema dejó de ser titular en los medios masivos, pero esta mañana se confirmó lo que todos temíamos: Don Valentín partió a la gloria para eternizarse en la memoria de quienes lo admirábamos y lo veíamos como un digno ejemplo de honestidad y sólidas convicciones democráticas.

Este notable compatriota, considerado uno de los hijos más ilustres del Cusco, nació con la llegada de la primavera un 23 de setiembre de 1936. El joven Valentín estudió en la Universidad Nacional San Antonio Abad, de la Ciudad Imperial, en la especialidad de jurisprudencia, y se consolidó como un destacado dirigente estudiantil.

A su llegada a Lima, culminó con honores su carrera de abogado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde su formación orientada al libre pensamiento lo hizo fundar en 1955 el Frente Universitario Reformista Independiente.

Paniagua fue elegido diputado por la Democracia Cristiana, en representación de su natal Cusco, de 1963 hasta el golpe militar de 1968.

La vocación política surgió en él desde muy joven. Tanto así que, con tan solo 29 años de edad asumió el Ministerio de Justicia, en 1965, durante el primer gobierno de Fernando Belaúnde Terry, siendo entonces militante de la Democracia Cristiana.

Tras el levantamiento militar, integró las filas de Acción Popular, siendo elegido diputado por ese partido en el lustro de 1980 a 1985. En ese interín, presidió en 1982 la entonces Cámara de Diputados y en abril de 1984 fue nombrado ministro de Educación, en el segundo gobierno de Belaunde Terry.

Paniagua siempre fue muy claro en sus declaraciones. El 7 de octubre de 1982 dijo en un diario que “El diálogo solo cabe entre quienes están dispuestos a respetar la ley, mientras que con la delincuencia solo cabe el diálogo con los jueces y con las fuerzas del orden”.

A los 63 años, en abril del año 2000, siendo secretario general del histórico partido de la lampa alcanzó una curul en el Congreso de la República, con 14 mil 335 votos.

En noviembre del mismo año, Paniagua Corazao fue elegido presidente del Congreso en histórica votación y, tras la escandalosa caída de la administración corrupta de Alberto Fujimori, asumió el Gobierno de Transición para permitirle al Perú el retorno a la democracia, tras 10 años de dictadura asolapada.

El gobierno de Paniagua, marcado por el consenso, gozó de una gran aceptación popular, lo que motivó a “Chaparrón” –como le decían de cariño- a seguir defendiendo sus ideales democráticos y a postular a la presidencia del país en los últimos comicios, sin el éxito esperado.

Fue una campaña muy dura. Fueron días enteros de viajes, mítines y entrevistas a lo largo de su campaña por todo el país, lo que fue debilitando la salud del entonces líder del Frente de Centro.

El fatal desenlace se veía venir tarde o temprano. La vida no es eterna. Aunque nos cueste creerlo, es así. Valentín Paniagua ya no está más entre nosotros. Ya no respiramos su mismo aire. Partió para inmortalizarse en el recuerdo de todo una nación.

A veces los hombres buenos se van, nos dicen adiós y se despiden en silencio luego de cumplir su misión en la vida terrenal.

Lo cierto es que al distinguido doctor Valentín Paniagua siempre lo recordaremos con una sonrisa a flor de labios por su inagotable lucha democrática, pero también con una lágrima en el corazón por el profundo dolor que nos causa su lamentable partida.

¡Descanse en paz ilustre maestro!

 (FIN) MVF/MAM