Lima, mar. 03 (ANDINA).- La reglamentación de la Ley de Incentivos Migratorios, (Ley del Retorno), es una buena señal que refleja interés del Estado peruano en recuperar a sus nacionales, dijo hoy el congresista y ex ministro de Relaciones Exteriores, Luis Gonzáles Posada.

"Es un buen comienzo que tiene que ser seguido de otras medidas en la misma dirección, como por ejemplo la formulación de proyectos de desarrollo, con participación del sector privado, que signifiquen oportunidades laborales que interesen a los peruanos que viven en el exterior", anotó.

Afirmó que se trata de un problema complejo donde debe considerarse que, en principio, muy pocos estarán dispuestos a retornar si ya tienen en Estados Unidos, España, Italia u otro país, una situación segura, un buen trabajo y comodidad económica.

"Según estimados -anotó- hay no menos de dos millones de peruanos en el exterior, la mitad de ellos en Estados Unidos, y entre éstos un grueso número de ilegales, y todo esto hay que contemplarlo, de modo que los incentivos sean para quienes tienen una situación legal".
En el caso de los legales, se trata de una cantidad importante que a base de esfuerzo y capacidad han logrado insertarse en otras sociedades, y al volver aportarían su capacidad y sus capitales, subrayó.

Un segundo tema que nos preocupa es que hay que canalizar a través del sistema bancario la remisión del dinero que ellos sistemáticamente envían al Perú y que de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo suma no menos de mil 500 millones de dólares al año, dijo.
Hay que buscar la forma de lograr, señaló, que los intermediarios no les cobren los excesivos intereses y comisiones que actualmente exigen para remitir el dinero al Perú.

Este mecanismo puede ser usado por ejemplo, anotó, para que en función de sus remisiones de dinero, pueda haber una contrapartida local para liquidación de préstamos, porque se está demostrando que estos peruanos califican porque tienen recursos y los remiten al país.
Además habría que controlar los mecanismo, agregó, para evitar que alguien esté un mes o dos en otro país y vuelva con auto, artefactos y otros, que una vez en Lima vendan todo y al final no se queden, e inclusive puedan repetir la operación poco después.

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