Si iniciamos el periplo con ánimo de disfrutar cada rincón peruano ponemos el pie en el partidor de Tumbes, departamento pequeño pero uno de los más ricos en diversidad natural.

Entre playas tropicales, bosques secos, manglares y selvas húmedas, los aficionados a la observación de aves son premiados en las cercanías de la caleta de Puerto Pizarro por la rareza de las especies que se exhiben sobre sus cabezas.

No deje de dar un paseo por la Zona Reservada de Tumbes que protege los últimos bosques tropicales del Pacífico y sus especies de flora y fauna silvestre.

En Lambayeque, en los alrededores de Olmos, está la zona de paseo de la pava aliblanca, una especie nacional recuperada de su inminente extinción.

 

Pava Aliblanca

Selva Amazónica

 

Río Amazonas

 

 

Al extremo nororiental del país, lo aguardan los ecosistemas de Amazonas y tres grandes ríos: el Santiago, el Marañón y el Utcubamba. A sus alrededores coexiste una riquísima fauna ornitológica plagada de especies endémicas (sobrevivientes en hábitats restringidos).

A la vertiente occidental del Marañón se presenta un paisaje poco conocido por los turistas que representa una maravilla para los observadores de aves y en el lado oriental, abundan las especies raras y endémicas.

La Guía del Viajero de PromPerú recomienda abrir los ojos en la ruta entre Bagua y Jaén (abra Tangarana) porque se pueden avistar dos especies endémicas sumamente extrañas: la lechuza de orejas largas (Xenogalux loweryi) y el picaflor cola de espátula (Loddigesia mirabilis).

Al sur de Chachapoyas (1,225 kilómetros al noreste de Lima), en la carretera que une Leimebamba con Celendín y Cajamarca se puede apreciar en toda su magnitud el espectacular valle del Marañón. Al lado occidental del valle, a escasos kilómetros del poblado de Balsas se puede pernoctar en la vieja "Hacienda Limón" para escuchar el misterioso canto de las aves nocturnas.

Agencia de Noticias ANDINA
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