COCTELES

Entra por la garganta

Texto: José Vadillo

Así como la biodiversidad, las bebidas para levantar la potencia sexual son el sello de la Amazonía. El redactor se desplazó hasta Tarapoto Para comprobar in situ el poder de estos elíxires.

1. Tan seriecito y caballero de los mares, Grau, convertido en jirón, me contará algunos secretos de los tragos en Tarapoto, ciudad definida por un calor refrescante, mosquitos aventados, verdor desestresante, juanes pulposos y mujeres en esa línea. La banda sonora de este texto será el runrún de 24 horas de los ubicuos "motocars" que circulan
por la ciudad con la cantidad, abundancia y velocidad de los glóbulos rojos.

Sigamos. En la esquina de la cuadra cuatro del jirón Grau, tres cuadras arriba de la plaza principal de Tarapoto, está "La Alternativa", primera parada para este esforzado
cronista y su abnegado reportero gráfico. Es de noche y en la cava de la licorería están
alineadas bebidas non santas, en botellas de vidrio y plástico, con nombres que parecen fórmulas de un alquimista erotizado.

Una patota de amigos y amigas adultocontemporáneos ocupan dos mesas y de su
discurso salta el "canto" alegre de la gente de la Selva. En otra mesa, una parejita bebe un licor de nombre reservado, mientras se susurran palabras bonitas de eso que llaman
amor. Acceden a fotografiarse tras preguntar que cuándo saldrá el artículo. Respondemos. Calculan. "Para esa fecha ya estás libre", le dice él, con ojos embobados.

Ella asiente con una mirada que parece de actriz de telenovela mexicana. Y posan sin
temores. Es la fuerza (y pose) del amor.

2. Meche López, digna representante de la mujer tarapotina, alinea las copitas sobre el mostrador y las va llenando del elíxir guardado en varias botellas. Mientras cuenta la historia del local que administra, este cronista debuta como catador. El papá de Meche, José Reynaldo López, después de procrear siete hijos dio el primer soplo de vida, hace 12 años, a "La Alternativa", cuyo eslogan es "puro naturismo". El papá ya se jubiló de éste y otros trotes, y hoy dos de sus hijas atienden por turnos el local.

Cada noche, de lunes a lunes, de ocho de la mañana hasta la medianoche, los parroquianos tarapotinos llegan hasta aquí para celebrar unos minutos o tomar un trago al paso antes de volver a casa o de camino a un encuentro furtivo.
"Les vendemos a todos los clientes. Hay unos que quieren una copita de 20 o 50 céntimos, de un nuevo sol, de dos... y les damos; otros quieren comprar una botella, y no nos hacemos problema. Nos adaptamos a las necesidades", me explica la anfitriona.
Probamos los vinos selváticos –secos, semisecos–, pero no vinimos por ellos. Sorry,
como dicen los huachafos, pero su calidad aún no iguala a los iqueños, valga el comentario.

La noche avanza. Aquí están los diversos macerados: cerezachados, uvachados, otro a
base de camu-camu... Y nos presentan finalmente lo que buscamos: los tragos medicinales y los licores afrodisiacos, que a veces son lo mismo, de acuerdo con quien lo pida. Los primeros, hechos a base de lianas; y los segundos, de cortezas. Todos contienen miel de abejas y aguardiente. No se engañe por el color "río Rímac" de estos tragos. Lo terroso raspa un poco al deslizarse por la garganta, pero recuerde que es sólo el tinte de las raíces, de la pachamama. El "Siete Raíces", como su nombre lo indica, nace de la combinación de siete cortezas, más miel de abejas, aguardiente y una caña que es brava. Más allá, como un héroe de guerras por ganar, nos reencontramos con "R.C.", siglas del "Rompe Calzón", un clásico de clásicos del oriente peruano, de sabor dulzón y comprobada energía, a decir de Meche. Los López adquieren los ingredientes y preparan estos tragos en unos baldes, en otro ambiente de la casa-licorería. "Lo importante para hacer un buen trago es comprar directamente
de los proveedores y no hacerlo con productos bambas", advierte mi anfitriona.
No confunda un S.O.S. con un "S.V.S.S.".

El "Siete Veces Sin Sacarla" se elabora a base de lianas, cortezas y el vara-vara (tubérculo de la zona). Iguales ingredientes básicos contiene el otro que se llama "Para-Para", cuyo fin es que el miembro viril alcance sin complicaciones el ángulo adecuado. Y el "Achunichado", combina los elementos anteriores combinados más el pene del achuni, un roedor selvático. Ello garantiza una buena performance a la hora de la intimidad o "de la verdad", como también se le conoce.

Si hablamos de animales, señalamos una botella donde una "shushupe" con la mandíbula abierta se remoja en aguardiente. La víbora da nombre a este licor, y es venenosa, pero el tóxico es sacado de una manera especial del cuerpo, lo cual garantiza su inocuidad para el bebedor, y, por el contrario, permite un buen trabajo amatorio. Meche cuenta que este trago es muy buscado también por su poder medicinal: se dice que es usado contra la epilepsia. Y si hablamos de dolencias
reumáticas y reconstituyentes del cuerpo, es bueno el licor hecho a base de chuchuhuasi.

Así como este redactor, la anfitriona cuenta que los turistas, peruanos y extranjeros, llegan bastante. Los gringos prueban una copita y, como sienten que la cosa es fuerte,
dicen "thanks" y se van, tal vez esperando que el milagroso trago actúe en el acto, mejor que el viagra. Los turistas nacionales compran su botella, sea de plástico o vidrio, y se retiran.

3. Como el protagonista de la canción del Grupo 5, la huanuqueña Silvia Gines cayó bajo el embrujo de Tarapoto. Desde hace dos años, administra "El Musmuki", un
local "especialista en tragos exóticos", donde cada copa no baja de cinco nuevos soles.
Está a menos de 200 metros de la plaza de la ciudad, en la primera cuadra del jirón
Alegría Arias de Morey, que se está convirtiendo en el "point" tarapotino para turistas
de bolsillos pudientes. Musmuki es un mono nocturno de ojos grandes. Cuenta Silvia que bautizaron el establecimiento con el nombre de este primo hermano del hombre por una cuestión de identificación con los lugareños, ya que en realidad el local es parte de la red de tiendas "Trapiche", una licorería huanuqueña con locales en Tingo María y Lima.

La oferta de "El Musmuki" es a la vez tradicional y globalizada, y con horario bohemio:
de lunes a sábado, de siete de la noche hasta las dos de la mañana.

La noche nos envuelve y el redactor, un poquito chispeado, se despide y se pierde en
el ambiente tarapotino, para sentir los efectos de lo bebido. Pero esa historia es harina
de otro costal y pertenece al terreno de lo privado. Sorry.

 


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03/03/2008
 


INFORME
Sabor nacional
Texto: Susana Mendoza
Foto: Stephanie Zollner


EXTERIOR
La revolución YouTube
Texto: Fabian Vallas


PORTAFOLIO
Biodiversidad
Fotos: Alberto Orbegoso

CERAMISTA
Soplo de vida
Texto: Jesús Raymundo

COCTELES
Entra por la garganta
Texto:José Vadillo


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