El
Domingo de Resurrección o de Pascua es cuando
adquiere sentido toda nuestra religión.
Cristo
triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas
del Cielo. En la Misa dominical recordamos de una manera especial
esta gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual que representa
la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta
el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al
Cielo.
La
Resurrección de Jesús es un hecho histórico,
cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas
apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.
Cuando
celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también
nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado
y de la muerte.