Nº41
15 de octubre de 2007


 
.............Rosas para
.........................la Virgen


Actualidad

Reforma en marcha
Texto: Moisés Aylas


Educación

Herramienta de cambio
Texto: Humberto García
Fotos: Norman Córdova


Portafolio

El patrón de los milagros
Textos y fotos: José Vadillo


Cultural

Sendero personal
Texto: Ernesto Carlín


Tradición
Rosas para la Virgen
Textos y Fotos: Jesús Raymundo


 

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Textos y fotos: Jesús Raymundo


Desde hace cuatro siglos, la provincia de Jauja (Junín) respira fe, tradición e historia inspiradas en su santa patrona Virgen del Rosario, también conocida como Mamanchic Rosario (Nuestra madre
Rosario).

Antes de perfumar la fe de los jaujinos que la acompañan en procesión, la Virgen del Rosario alivia los dolores de las devotas que se encargan de vestirla en la pequeña capilla de la Iglesia Matriz de Jauja. En este encuentro íntimo, ellas frotan con algodón el rostro de la patrona y la convierten en un bálsamo milagroso.

"Pídeles que te regalen un algodoncito para que también te lleves. Cuando tengas algún dolor, te frotas el cuerpo y te calmará todo", me sugiere una mujer que vive agradecida por su buena salud. De pronto, una joven se acerca con seis velas para que la Virgen las bendiga antes de prenderlas en su casa. "Pídele con fe, que ella no te defraudará", le dice una de ellas antes de despedirse.

PROCESIÓN

Al fi nalizar la misa ofi ciada en la puerta de la Iglesia Matriz, porque la remodelación del piso aún continúa, los creyentes intentan tocar la prenda rosada de la Virgen para recibir su bendición. Otros pugnan por llevarse los capillos que los alfereces –encargados de la festividad– obsequian a los asistentes.

En la Plaza de Armas de Jauja la parábola bíblica de la multiplicación de los panes es una realidad. No solo son obsequiados
por los familiares de los alfereces sino también son ofrecidos por los panaderos del lugar, quienes han formado una hilera de puestos de venta. "En Jauja puedes encontrar 12 variedades de panes", me comenta Ida Solís, directora municipal. Al mediodía del primer domingo de octubre, el Rosario se ora paso a paso, verso a verso. Una niña vestida de blanco, con alas simuladas en las espaldas, traza el camino arrojando pétalos que lleva en un cesto. La imagen milagrosa avanza cargada en hombros de damas y varones, acompañada por los músicos que evocan melodías intensas que ablandan los sentimientos hasta del más insensible.

A su paso, la procesión descubre alfombras de flores diseñadas sobre la pista, mientras que las plegarias se repiten una tras otra junto con la gratitud que se eleva impregnada por el incienso. Al fi nalizar el recorrido, en el colegio ubicado junto a la Capilla Cristo Pobre, las fl ores que decoran las andas son repartidas entre los fieles.

Y un globo aerostático lanzado al espacio simboliza que la fe es infi nita. Después, los devotos y jaujinos residentes en el extranjero asisten al almuerzo que es ofrecido por el alférez en su casa o el perímetro de la plaza mayor. Al atardecer, en pareja danzan la pandillada jaujina, acompañados por la banda de músicos.

Los varones visten ternos y sombreros, y las mujeres lucen amplias faldas rojas, blusas blancas, manta y sombrero. La tradición señala dos días de fiesta: el domingo 7 y el lunes 8. Ambos cuentan con sus respectivas vísperas en las que se queman castillos y se beben calientitos, bebida que se prepara mezclando la infusión de hierbas aromáticas con ron, pisco o caña.

El origen

El origen de la festividad también obedece a un milagro que la memoria colectiva aún mantiene. Cuentan que en el siglo XVI la imagen de tamaño natural, que fue obsequio de los Reyes de España, debió ser entregada a los dominicos del Cusco. Pero durante
su descanso en Jauja se desató una tormenta de granizo que la feligresía interpretó como un deseo de quedarse en estas tierras. Desde entonces es la patrona de Jauja.

Historias de devoción

Lola Meza viuda de Gamarra, despensera de la Archicofradía del Santo Rosario, vive agradecida por los milagros concedidos. Cuenta que uno de sus hijos que viajaba junto al piloto sobrevivió a un accidente de tránsito porque cinco minutos antes del desenlace fue cambiado de ubicación. "A todos mis hijos les he entregado a la Virgen. Yo le digo, Madre mía, yo no puedo estar con ellos, pero tú
sí. Cuídalos, Madrecita".

Otra integrante de la Archicofradía, Carmen Núñez de Castro, asegura que la Virgen es bondadosa.

"Siempre le pido por mis hijos, para que los conduzca bien. Siempre
he conseguido ese deseo. Ella los mantiene buenos y son cariñosos
conmigo. Es mi protectora".

Ida Solís, directora municipal de Jauja, cuenta que una de sus amigas íntimas encontró la felicidad gracias a la Virgen. A pesar de que los médicos la habían diagnosticado su infertilidad, ella dio a luz
a mellizos. "Aunque para algunos puede ser difícil de creer, la fe sí
mueve montañas"



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