Una tarde de Sol es el escenario perfecto para levantar vuelo y pasear por Lima, ver cómo las olas del mar acarician la costa mientras cientos de jóvenes se internan en sus aguas. En lo alto del acantilado: Mirafl ores bulle, sus comercios se ven ajetreados y en sus calles serpentean los vehículos.
Los edificios se levantan imponentes, nosotrospasamos cerca de las moles de cemento y mientras lo hacemos me explican que para realizar un vuelo sobre esta zona se necesita un viento mínimo de 16 kilómetros por hora. Esto crea una banda de sustentación que ayuda al despegue y al aterrizaje. Hay otros detalles que no recuerdo porque la vista de Mirafl ores entre el tradicional faro y el hotel Marriott capta mi atención. El vuelo es impresionante y nos da otra visión de nuestra querida Lima, contemplar el mar desde lo alto es otra experiencia, ver el ocaso del Sol es un espectáculo inigualable, pero el tiempo se acaba y es hora de regresar. El viaje concluye con un aterrizaje tranquilo.
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