Los medios de comunicación en el ámbito informativo sufren
la presión del negocio. Por encima de todo, tienen que obtener
ganancias, interviniendo con noticias breves para conseguir de manera
rápida el impacto, comenta Rosa María Alfaro, representante
de la organización no gubernamental (ONG) Veeduría
Ciudadana. Anota que en el Perú no existe un afán informativo
que, de alguna manera, el periodismo de investigación propone.
“No hay, por ejemplo, una preparación de la investigación
para saber si esa noticia tiene explicación de carácter
histórico, económico, político o si se ha gestado
con algunos otros factores culturales necesita un banco de datos muy
a la medida de los hechos que suceden en el país, de tal manera
que dicha información esté a la mano, y así no solamente
se relata el hecho, sino que se explica en su contexto apropiado. “Esa
me parece una de las principales debilidades del periodismo en el Perú,
el hecho sale solo, desnudo, sin la
posibilidad de que uno comprenda por qué
ocurrió y cómo debiera cambiar o resolverse
en caso de que sea una noticia negativa.”
Otro tema que preocupa a Rosa María Alfaro
es la existencia de una especie de identificación entre información
y denuncia. “Entonces, las buenas noticias en el sentido de
ganar lectores son las que denuncian fácilmente, sin buscar nunca
otro tipo de noticias que brindarían una imagen de un país
que trata de resolver sus conflictos. Lo que uno encuentra, más
bien, es una noticia fatalista, sea del corte que sea.
“Además, todo lo que puedas estar leyendo
te da una imagen del Perú de la que, si no radicas acá
y no tienes otras fuentes de compensación, dirías que es
un país de salvajes, que tienes que salir de aquí. Los
peruanos lo único que saben es protestar, los peruanos son populistas.
El Estado es totalmente malo per se. Hay una cosa anti-Estado muy fuerte
en el periodismo.
“Tú podrías ser anti-Gobierno, pero no anti-
Estado. Nos hacen sospechar del Estado en
su conjunto, de los poderes en su conjunto, sin
diferenciación. Ese es el efecto político más
peligroso del país, que no confiamos en nada,
y no podemos aprender a distinguir cuándo
confiar y cuándo no”, resalta la experta en comunicaciones.
“Es lamentable que nuestros periodistas dependan demasiado del
medio, y entonces no encontramos una intención de ayudar a resolver
los problemas del país. No hay conciencia de que, de repente,
esa dificultad se puede solucionar, ¿por qué no vamos a
entrevistar a la persona que podría ayudar a resolverlo o se genera
un debate al respecto?”, se pregunta la representante de la ONG
Veeduría Ciudadana.
“Uno observa, como también he leído comentarios en
la web, que el periodista no escribe para el público, sino para
sus propios
compañeros, para el propio medio, para impactar en el poder político,
escribe para armar lío entre un congresista y otro congresista;
pero no hay interés en llegar al ciudadano, en recoger lo mejor
que el ciudadano pueda tener, porque siempre va a ir donde el experto
o donde la autoridad, pocas veces va donde su público.
“En
ese sentido, hay un profundo desprecio
práctico profesional, no de actitud. Se ha creado un mundo propio,
donde el único contacto con el mundo real es si subió o
bajó la lectura o el rating,pero no qué piensa la gente.”
Capacidad
También explica que no es un problema de capacidad en los periodistas,
por cuanto “existen periodistas muy capaces, medianamente capaces
y los que no lo son. Además, creo que el periodismo se ha enriquecido
en el país con gente que vino de otras profesiones, como ha pasado
en el mundo entero”.
Propuesta
“Trabajamos una nueva forma que llamamos
periodismo cívico, en el que coordinamos con
las universidades privadas del país y los docentes de universidades
públicas, tanto periodistas como comunicadores, a sí como
otros profesionales. Tratamos de colocar asuntos de interés público
que puedan ser resueltos y así fomentamos el debate, buscamos
el compromiso de las autoridades. El periodismo se compromete, apoya
y entonces ahí notas que sí es posible influir positivamente”,
destaca Alfaro.
Deber histórico
“Hay un deber histórico de cómo reconstruir
el Perú en lo comunicativo y saber debatir, saber escuchar, tomar
decisiones juntos. ¿Cuántos problemas hubo en el país
por no saber negociar? En otras naciones suelen mencionarse las cosas
buenas que hacemos en el Perú. Aquí lo bueno no se nombra
y lo malo es explícito, te lo echan a la cara.”
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