AUNQUE la caída del régimen de Fujimori
representó una mejora significativa
en la libertad de prensa en el país, para el periodista Gustavo
Gorriti eso no ha implicado, necesariamente, una notable mejora de la
calidad del periodismo y la información.
Gorriti
explica que en hace algunos años
se observa en los medios “una decadencia
del periodismo de investigación”, salvo valiosas
excepciones, y un crecimiento de la “denunciología”,
es decir, la denuncia escandalosa sin que haya de por medio la investigación
del caso.
A la tendencia positiva del periodismo moderno de una mayor independencia
respecto de los propietarios y las presiones del poder económico,
en el país, en muchos casos,
se ha producido el fenómeno contrapuesto:
el control excesivo del costo y la búsqueda de altos márgenes
de utilidad.
“Eso afecta la calidad de la estrucutura
periodística e inclina a preferir la denuncia
superficial, epidérmica. Hay una propensión
a la ‘denunciología’, que es en realidad mucha
burbuja y poca sustancia.”
Asimismo, hay escasa o nula capacidad de investigar al poder económico,
porque requiere de cierto nivel de trabajo y especialización,
y porque los medios lo piensan dos veces antes de hacer investigaciones
que los pongan en problemas con sus anunciadores.
A diferencia
de lo que considera Javier Darío Restrepo, Gorriti juzga que los
medios de comunicación en realidad no han incrementado
su poder, y que la prensa impone hoy la agenda política debido
a la debilidad y mediocridad de toda la clase política para dirigir
esa agenda.
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