Para un director de cine, ganar reconocimiento es como si de pronto la cámara adquiriese vida propia, voltee y te ponche, sin que tú hayas leído el guión de la fama, que de por sí no tiene nada establecido: Se mete en tu vida sin permiso, convive contigo, cambia
tus rutinas… hasta que ya no le seas útil. Y se va.

“Definitivamente, me afectó lo que pasó con Días de Santiago. Específicamente, me obligó a planear mi vida para el próximo año, algo que nunca había hecho. Antes no hacía planes más allá de un mes; pero con el éxito de la película en los festivales he tenido que planear los siguientes 14 meses”, dice Josué Méndez desde París.

En la Ciudad Luz, el núbil director de 28 años disfruta de la tranquilidad de la beca de residencia que ganó junto con seis directores en el Festival de Cine de Cannes, uno de los 24 premios
que suma hasta el momento Días de Santiago, su película más premiada, su única película. Josué da forma al guión de su segunda película, pero no sabe cuándo la filmará.
Será una historia sobre una pareja de hermanos adolescentes que viven privilegiadamente en una casa de playa en Lima. Josué explorará el otro lado de la moneda. Un espacio más cercano a su propia vida de chico miraflorino, hijo único, que estudió en el colegio Markham y luego se fue a la Universidad de Yale, Estados Unidos.

Pero antes de darse cara a cara con la fama, Méndez fue un personaje anónimo que desde niño disfrutó todo tipo de cine: la cartelera comercial y lo que veía con sus padres en la Filmoteca de Lima o el Cinematógrafo de Barranco. Recién cuando culminó
el colegio y asistió a un taller de Armando Robles Godoy, entendió
que el cine también se estudiaba.

Tras culminar sus estudios universitarios en 1998, fue mil oficios en la
ciudad de Arequipa, donde también fue asistente de producción de Continental (canal 6). Seis meses después llegó a Lima, trabajó como asistente de dirección de un grupo de teatro, “asistente de cualquier cosa” para un espacio político televisivo, asistente de cámara para una productora, asistente de dirección para una agencia de publicidad. Fue dejando el anonimato cuando editó algunos cortos, y
las películas Bala perdida (filme de Aldo Salvini, 2001) y Doble juego
(“Chicho” Durand, 2004), pero siempre detrás de cámaras…

Santiago Román tiene 23 años. Luchó en el conflicto del Cenepa, contra el terrorismo y el narcotráfico. Ha vuelto a Lima, a su barrio miserable. Quiere adaptarse a la vida civil, trabajar, ser feliz con su mujer… Pero los fantasmas del pasado retornan; la ciudad es un nuevo enemigo de moral relajada y rostro nubloso. La disciplina del comando no le sirve. Nuevas tácticas pide el enemigo.

Santiago es el personaje de Días de Santiago. Su historia es real, la de un homónimo ex combatiente, de carne y hueso, que dio todo por su patria y hoy, paradójicamente, sobrevive en Santiago de Chile como albañil. Josué vio la historia en un reportaje de televisión; empezó a dirigir la película en 2002. Buscó a Pietro Sibille para que dé vida a Santiago. Tras casi dos años de trabajo en las diferentes etapas de la filmación, el tiempo le dio la razón: su ópera prima ha obtenido más reconocimientos a ambos lados del Atlántico
que cualquier cinta peruana en los pasados diez años.

“No he sentido ningún tipo de rechazo por mi raza o mi nacionalidad.
Inclusive, creo que son mis características las que me abrieron las puertas en un mundo donde, creo, la diversidad será cada vez más apreciada y apoyada”, dice Josué.

Está seguro que los galardones de Días de Santiago no generan envidia. “Nos impulsa a querer tratar de superar a los anteriores, porque el audiovisual peruano vive la más grande renovación
de los últimos tiempos, con muchos directores jóvenes filmando
en Lima y en provincias”.

Sin embargo, Josué sigue inquieto al contactarse con la prensa. Nunca pensé ser una persona pública, repite. Piensa que ya cumplió con dar todas las entrevistas que se merecía su cinta, como disculpándose porque le gustaría tener menos exposición en la prensa. Y, también, dice, es demasiado pronto para hablar de una próxima película. Sabe que su primera cinta fue un buen inicio.
“Ahora sólo quiero trabajar tranquilo para poder filmar mi segunda película con libertad”, agrega, haciendo el clic de despedida.

la reina
el estratega
la voz
el cerebro
la belleza
el pensador
el retratista
el artista
el catador
la figura
Edad: 28 años. Logros: 24 premios internacionales y nacionales de cine.
 
Texto:
José Vadillo Vila