Sus piernas largas se balanceaban como aspas de viento sobre la ventana de la habitación de sus padres. Elvia quiso llamarle la atención, pero se contuvo. Temía que su segunda hija se espante, pierda el equilibrio y se caiga al vacío. Subió al techo y la llamó con tono dulce: “‘Maju’, ven”. La niña de cinco años aceptó. Cuando la tuvo entre sus brazos, recién le recriminó la travesura. Elvia García comprobó que su retoño asumía sus propios retos, y que ahí radicaba su fortaleza, más allá de una cara bonita a la cual el tiempo sabría premiar.

Quince años después, María Julia Mantilla, aquella niña, luce sobre
su 1.75 metros la corona y el título que se ciñó, venciendo a 107 candidatas del planeta en noviembre pasado. Sus familiares más cercanos y su enamorado estaban seguros de que la extrovertida, alegre y solidaria ‘Maju’ –de niña hizo apostolado en la liberteña localidad de Collambay llevando comida para los más pobres– lograría, como casi siempre, lo que se proponía. Temple y confianza tiene de sobra.

Los próximos doce meses, ‘Maju’ recorrerá el mundo recolectando
fondos para obras de caridad. Un periodista –personajes ahora cotidianos en su vida– incrédulo ante el éxito de la trujillana de 20 años de edad, le pregunta desde una esquina alicaída del ego nacional cómo hizo para ganar tantas veces, para ser la primera Miss Mundo que tiene el Perú en 37 años.

“Todo está en la mente”, explica María Julia, como si en vez de reina
de belleza fuera autora de un recetario de autoestima. “Es cuestión de tener fe en sí mismo, porque quien logra una meta lo hace esforzándose, trabaja para ello y sabe que habrá tropiezos. Pero no porque un día te vaya mal, vas a desanimarte pensando que todos los días serán malos. Porque todos podemos lograr nuestras metas.”

En su caso no se trata de palabras vacías. Para sus padres, Elvia y
Olmedo: ella, cajamarquina; él, trujillano, ‘Maju’ siempre fue perseverante, decidida y, por encima de todo, una mujer que mantiene la alegría de su niñez, de aquella época en la que daba volantines en cualquier lugar y que, por instinto, se transformó
en la atleta que ganó unas 60 medallas de oro y plata. La menuda señora Elvia dice que su esposo fue capitán del equipo de básquetbol; Olmedo, alto y con bastón, recuerda que la hermana de Elvia fue campeona de voleibol en Cajamarca. Ninguno quiere atribuirse sólo la herencia de atleta que ‘Maju’ lleva en las venas
por los dos torrentes.

De todos los retos que ha asumido en sus jóvenes años, el único que no cumplió ‘Maju’ Mantilla es ir a las Olimpíadas. No por falta de talento: una lesión en la rodilla la alejó de una vida asegurada en el atletismo nacional de la cual cuelgan medallas abundantes en su currículo.

También desde la etapa escolar, ella se acostumbró a ser la más bella. Su primera corona se la ciñó en la secundaria, en el Perpetuo Socorro, colegio mixto trujillano. Ella aceptó con la condición de ser coronada en uniforme escolar. Su madre no pudo convencerla de ponerse un traje de acuerdo con la investidura. Desde hace dos años, ser coronada se volvió cotidiano: primero fue nombrada reina de los cachimbos en la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), donde estudia Educación; después, reina de la UNT, Señorita Trujillo, Miss Perú Mundo y, finalmente, Miss Mundo. Para llegar a Miss Perú Mundo, el cirujano plástico César Morrillas dio un pequeño aporte, perfeccionando algunos rasgos de la bella norteña, pero en
esencia sigue siendo la misma.

De ‘Maju’, a sus 20 años, se puede escribir y describir tanto, pero pocos han reparado en otra de sus cualidades. Cuando dice estar orgullosa de ser Embajadora de Buena Voluntad del Perú en el mundo, ella es sincera. Porque habla del Perú y su cultura, de Trujillo, de la marinera norteña y los potajes, y su voz se emociona; sus ojos adquieren ese brillo de quien quiere dar más que una corona de belleza a su país. Por ello, ha confesado a su madre que le agradaría estudiar turismo. Cree que así será todavía más útil. Aunque ya de por sí, su belleza ha iluminado un país apenas habituado a sentir en piel propia gruesas emociones.

la reina
el estratega
la voz
el cerebro
la belleza
el pensador
el retratista
el artista
el catador
la figura
Edad: 20 años (10 julio de 1984). Logros: Campeona de Olimpiadas Interescolares, Campeona Nacional de Atletismo 1999, Miss Mundo 2004.
 
Texto:
Roberto Ramírez Aguilar